¿Arbolitos o maderos?
La Puerta del Sol es una gran losa que tiembla tras el paso de los trenes, con el estruendo negro de las líneas de Metro. Sobre ella, 120.000 personas al día la recorren sin descanso, desplazándose en todas direcciones según el ritmo marcado desde la torre de Gobernación.
Hace un siglo, cuando se proyectaba la Gran Vía, los madrileños se preocupaban por el futuro de la plaza, corazón de Madrid, temiendo que la nueva calle desplazara a su favor el tránsito que la atravesaba. Hoy sabemos que aquellos temores no amenazaron la vida de la Puerta del Sol: el corazón de la capital late con tanto o más vigor que antaño y su salud parece excelente.
El año pasado, la entonces concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella (PP), anunciaba que a fines de 2012 estaría listo un carril bici de 4,5 Km. a través de las calles Alcalá, Puerta del Sol, calle Mayor, cuesta de la Vega y Segovia, como tramo parcial perteneciente a la senda cicloturista que unirá el parque Madrid Río con O’Donnell.
Informes contradictorios
Teniendo en cuenta que el 15% de las quejas vecinales en relación con la plaza son por la falta de arbolado, a las cuales habría que añadir la ausencia de aseos públicos y bancos donde sentarse, el concejal del distrito Centro, Enrique Núñez, anunciaba hace un mes dos actuaciones en paralelo al paso de la senda: la instalación de una terraza y la polémica plantación de los árboles, en un municipio que posee 225.000 repartidos en 5.000 de sus calles.
Antonio de Guindos, director del Área de Medio Ambiente, el 22 de octubre pasado y en contra de los planos aportados a los medios de comunicación por Enrique Núñez, explicó en rueda de prensa que no será posible llegar al medio centenar. Es más, según el informe oficial con el que trabaja el Ayuntamiento, aún se estudia si será posible plantar catorce en otras tantas ubicaciones, que han quedado finalmente como candidatas tras los descartes de los técnicos.
En el momento de redacción del Proyecto de la reforma que culminó en 2009, el ex alcalde Alberto Ruiz-Gallardón afirmó que «no había posibilidad de plantar otra cosa que farolas». Ahora, tres años después de concluir unas obras que costaron 4,6 millones de euros y duraron siete años, el Ayuntamiento presidido por Ana Botella se plantea recuperar los árboles, que antes de las obras se encontraban plantados en jardineras exentas de madera.
Por otra parte, la Puerta del Sol está considerada como Bien de Interés Cultural y por ello, la Comunidad de Madrid en su Comisión de Patrimonio Histórico está obligada a garantizar su protección. Asimismo, el Consorcio Regional de Transportes, ha emitido un informe con las posibles ubicaciones, teniendo en cuenta que en la estación de Sol concurren tres líneas de Metro y Cercanías, y su amplio vestíbulo podría verse afectado por filtraciones de agua.
Al día siguiente, durante el primer encuentro oficial entre el presidente de la Comunidad, Ignacio González (PP) y la alcaldesa Ana Botella, en el despacho desde el cual se divisa la explanada, se ha debatido como asunto central la reforma de la Plaza. «No son muchos. Son los que admite el subsuelo. Lo que vamos a hacer en la Puerta del Sol es una plaza más amigable, mejor con un arbolito que otro» declaró la alcaldesa al término de la reunión. González a su vez, defendió el proyecto de su reforestación: «La función de una plaza no es servir de ‘manifestódromo’, sino servir para disfrute de los ciudadanos» afirmó. En el otro extremo, Ángel Pérez (IU), replicó: «Por muchos árboles y maderos que pongan en Sol, seguiremos acudiendo a manifestarnos», alertando asimismo del riesgo de orden público que supondrá la instalación de una terraza en una plaza que concita cientos de manifestaciones y protestas cada año.
CATORCE O MENOS
Los ejemplares que se piensan plantar son diez árboles del amor (flores color rosa y hojas acorazonadas) frente a la sede de la Comunidad de Madrid (Real Casa de Correos), y cuatro perales «en flor», dos en cada uno de los extremos de la plaza. Los habituales de la Puerta del Sol como Manoli, de 90 años, dice que «los árboles se ponen para que los coches no se metan por la plaza y no deterioren el pavimento». Rolando, de 65 años, demanda más bancos para sentarse y descansar mientras contempla el siempre cambiante panorama. Pepe ‘el limpia’, de 75, se pregunta escéptico cuánto tiempo durarán.
Las que permanecen plantadas sin mayores problemas, son las sombrillas verdes de los puestos de lotería, en mayor número a medida que se acerca la Navidad. Bajo éstas se resguardan pensativos los buscadores del Gordo, husmeando entre series de números dispuestos con su lógica extraña, esforzándose por desentrañar el álgebra azarosa de un golpe de suerte que los convierta en millonarios y les quite la hipoteca de encima. Todo debido a la evidencia innegable de un hecho, porque «¿Sabe usted? A alguien le tiene que tocar».
Y si lo pone en duda, pruebe a comprarse un décimo y así hacer realidad el sueño de una Puerta del Sol sembrada de madroños.
Es agradable leer artículos bien documentados y contrastados, ya que la urgencia es compañera inseparable de la información.
Todo lo relativo a los proyectos urbanos que afecten a un lugar tan popular y emblemático como la Plaza del Sol, no dejan indiferente a nadie.