Huelga de plumeros
Hoy, 14 de noviembre y día de la huelga general, en más de un hogar madrileño las lentejas no han estado sobre la mesa a las 2 de la tarde, como de costumbre.
Tras el popular «nosotras parimos, nosotras decidimos», coreado en más de una marcha, alrededor de 30 mujeres y algún que otro hombre del barrio de Lavapiés se han negado, aunque sea por un día, a limpiar el polvo, hacer la comida o ir a la compra: han hecho huelga «de consumo y de cuidados contra el capital y el patriarcado», según rezaban sus eslóganes.
Para disuadir a otras féminas u «amos de casa» a los que se les hubiera ocurrido acercarse hoy al supermercado, este grupo perteneciente a la comisión de Feminismo del 15-M se ha plantado este mediodía frente a las puertas de un conocido establecimiento de la plaza del barrio luciendo delantal y plumero en ristre.
«¡Organízate vecina, esta crisis nos arruina!» o «¡Manolito, hazte tú el guisito!», son algunas de las proclamas que se han podido escuchar. «¡Luego nos llaman mujeres inactivas!», voceaba al tiempo una de las marujas.
En las octavillas que repartían, a hombres y mujeres por igual, estas activistas denuncian que «el trabajo de cuidados se relegue a las mujeres y se exima a los hombres de ello como si se tratara del orden natural de las cosas».
Una de las componentes más jóvenes, de 28 años y residente en la zona, que ha preferido no dar su nombre, ha alegado, entre los motivos que la llevan a apoyar acciones como esta, el deseo de denunciar «que el trabajo en los hogares sea invisibilizado por su gratuidad, cuando es la base de todo este sistema». Su compañera de trapo y limpiacristales ha destacado la necesidad de «poner el mantenimiento de la vida en el centro, donde ahora están los mercados».