Encuentros

«En la guerra hay gente que muere por no matar»

Gervasio Sánchez en su charla
El periodista habló sin tapujos de la falta de ética que rodea al periodismo actual (Foto: I. M. Búa)

Gervasio Sánchez ha narrado y fotografiado buena parte de los principales conflictos bélicos de los últimos 30 años. Aunque lo que le distingue de la mayoría de periodistas de guerra es que él regresa cuando el conflicto ha terminado y las bombas ya no dan portadas.

Si algo le califica es la libertad que ha ejercido en todos los aspectos de su vida, incluida, por supuesto, su labor periodística. «Se me han abierto y cerrado muchas puertas por decir siempre lo que pienso», afirma cuando habla de la necesidad de que los periodistas sean honestos. «Si cedéis a los 20 años, lo haréis con 50, y además tendréis excusas con las que justificaros», apunta.

A Gervasio, esta libertad le ha costado tiempo y esfuerzo. Para pagarse sus viajes, trabajó «17 veranos» en terrazas de restaurantes de la costa española: «Mucha gente que ha venido a mis exposiciones me conoció sirviendo mesas». Además, este tipo de alternativas laborales también le ayudaron a mantener su nivel de independencia: «Para hacer algo de lo que luego te vas a arrepentir, quizá sea mejor buscar otras opciones de trabajo». En cuestiones de honestidad profesional, no duda que «hay que huir del periodismo de promoción y de las entrevistas pactadas». «Hay que ser indeseables, cuanto más lo seáis, más fuerza tendrá vuestra historia», dice sin titubear.

Las tres décadas que ha pasado entre bombas y miserias le han enseñado a «odiar la guerra» con todas sus fuerzas. «Allí ocurre lo más brutal, pero también encuentras a gente que muere por no matar», comenta. Tampoco olvida la hipocresía de Occidente en esto: «vendemos la muerte en forma de armas». Afirma que no le gusta contar historias personales sobre sus experiencias en estos lugares y que no le van «a sacar nada en ese aspecto». Sin embargo, reconoce que «la guerra te amarra al dolor y te golpea dentro por siempre». Las vivencias en zonas de conflicto son extremas y la forma de tratarlas, complicadas. Gervasio Sánchez advierte que si no se está «dispuesto a sufrir el dolor de las víctimas, nunca vas a poder transmitir el dolor de la guerra».

Sobre el periodismo de guerra que se hace hoy día dice estar harto de «periodistas que buscan el mero impacto mediático» y manifiesta su rechazo a aquellos que «solo saben hablar de sí mismos en sus crónicas».

Bueno, bonito, barato

En su opinión, los medios han hecho mucho por la devaluación en la calidad de las informaciones. «Un reportaje bien hecho es caro y necesita tiempo. Sin embargo, estos van desapareciendo porque no son baratos y, sobre todo, porque los anunciantes no quieren verse al lado de este tipo de temas», explica. Y añade: «está esa gran mentira de que la gente no quiere leer cosas largas».

Todo ello en un momento en el que los medios de comunicación generan miles de despidos, sobre lo que el periodista opina que «la defensa del periodismo hay que hacerla todos los días, no cuando estás en la calle». Quizá por ello llama a evitar que se vuelva a repetir una época «en la que los medios vivieron una fiesta económica que les puso una venda en los ojos».

 La guerra de después

Las posguerras son una parte muy importante del trabajo de Gervasio Sánchez. «Cada vez me interesa menos el bang, bang de las bombas. Además, los muertos son el menor problema de la guerra. El verdadero problema son los supervivientes», dice sin dudar. Desgraciadamente, las posguerra «no interesan a nadie». Y recalca: «Vivimos en un circo de cifras, declaraciones grandilocuentes sobre los desaparecidos, calendarios llenos de conmemoraciones… creados por gente presuntuosa, mentirosa, que promete cambios que no llegan». Todo ello aderezado por la situación de los medios, con «directores que no leen y que están más preocupados por lo que les digan los jefes que por hacer bien su trabajo».

No se deja en el tintero cuestiones más cercanas como la recuperación de restos de desaparecidos, que tanta notoriedad ha tenido en España a raíz de la Memoria Histórica: «No es cuestión de izquierdas ni de derechas si no de dignidad humana. Quizá la Transición no era el momento, pero ¿no pudo haberse hecho en los 90?». Lanza esta pregunta para después hablar del derecho que todo el mundo tiene a recuperar a sus familiares fallecidos en un conflicto. «¿Dónde está el miedo: en que lo encuentren con tres tiros en la cabeza? Las guerras son así de crueles», sentencia. Y concluye: «En España se ha hablado mucho de los cuerpos recuperados, pero muy poco de la baja cifra de los que han sido identificados».

A pesar de todo, Gervasio Sánchez sigue creyendo en el periodismo y considera que es «tan importante como la sanidad o la educación, porque si no estamos condenados a la manipulación». Y se despide pidiendo que mitifiquemos lo menos posible esta profesión. Así dice adiós un tipo fundamentalmente libre.

 

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