Helga de Alvear: «Hacer obras para comer mata la creatividad»
«Yo elijo con los ojos, no con los oídos». Así de contundente se muestra Helga de Alvear, coleccionista impulsiva y dueña de la galería que lleva su nombre. La esencia de este espacio de 700 metros cuadrados está en las propuestas de esta alemana e hija adoptiva de España. Para ejemplificarlo, Helga lee una pieza colocada al lado de su teléfono que reza lo siguiente: «Una obra bonita no entra en la colección hasta que no sea buena». «A veces es solo bonita, y no es buena», añade la galerista.
Ahora, Helga apuesta una vez más por dos exposiciones de arte contemporáneo con un contenido de crítica política y social. Un ruido mecánico inunda el cubo blanco desde la puerta de entrada. Este sonido contrasta con el silencio absoluto que proviene de la sala superior. En la obra del español Santiago Sierra, tres fotocopiadoras escupen cada cinco segundos una hoja con el código «CMX 04». Esta fórmula, que da título a la obra, hace referencia a un ejercicio que realizó la OTAN el día anterior al 11-M que simulaba un atentado en Europa con 200 muertos. Por otra parte, el artista rumano Dan Perjovschi expone «17.1.11», un híbrido entre dibujo y performance que rebusca en las entrañas de los periódicos; en todo lo que estos callan y que se puede leer entrelíneas.
Quizá este plus que Helga intenta aportar con las obras que escoge es lo que diferencia su galería de muchas otras. Eso, y que sea «la galería de España con más artistas internacionales que nacionales», según comenta el codirector de la sala, Joaquín García. Joaquín es el brazo derecho de Helga y de ella afirma que, cuando se trata de arte, es «radical e independiente». Y de eso no cabe duda, ya que esta galería es conocida por la transgresión de sus exposiciones, algo que Helga reconoce: «Nunca nos han censurado, y eso que hace unos años Santiago Sierra encerró en la galería a cien inmigrantes durante horas».
Sierra es uno de los artistas predilectos de Helga, como lo es también el fotógrafo alemán Axel Hütte. Pero casi 17 años después de que Helga de Alvear comenzara su andadura, por la puerta situada en el número 12 de la calle Doctor Fourquet –en un lateral del Museo Reina Sofía– han entrado artistas como Joan Fontcuberta, Alicia Framis, Helena Almeida o Isaac Julien. La alemana hizo una apuesta fuerte desde el principio con disciplinas como la fotografía, el vídeo y la instalación, muy poco frecuentes por entonces en España. Quizá por esa valentía en su trayectoria haya sido incluida por segundo año consecutivo en la lista de las cien personas más influyentes del mundo del arte, según la revista «Art Review».
Heredera de Juana Mordó
Pero ser uno de los pesos pesados en este mundo no ha conseguido arrancarle su visión romántica del arte, como la que tenía su gran amiga y también galerista Juana Mordó. Fue Mordó quien descubrió la vocación de Helga, y de ella heredó no solo parte de su fondo artístico, sino la idea de «defender lo que te parece bueno, aunque luego tengas que descolgar los cuadros sin haber vendido nada». La alemana asegura que si un artista «hace obras para comer, mata la creatividad». Reconoce que algunos acaban mal, pero «al menos, hacen arte». Por ello, reconoce que su galería no sirve para «alimentar al artista». «Si no, le tendríamos en nómina», añade.
A pesar de todo, Helga ironiza con la idea de que «el arte no sirve para nada». «Pero es vital para la vida», añade. «Te obliga a buscar una explicación, un entendimiento, a aprender».
[box border=»full»] Galería Helga de Alvear. Calle Doctor Fourquet, 12. Horario: Martes a Sábado, de 11:00 a 14:00 y 16:30 a 20:30. Teléfono: 91 468 05 06. www.helgadealvear.com[/box]