Una galería para la generación olvidada
Madrid tenía muchas energías pero nadie que las canalizara. Así nació Casado Santapau. Damián Casado, responsable de la mitad de los esfuerzos que impulsaron esta galería, resalta la paradoja de que la generación mejor preparada de nuestra historia, la que se mueve entre los 30 y los 40, no tuviera un lugar en el que encauzar sus inquietudes artísticas. Su éxito al frente de Distrito 4 o La Fábrica Galería le empujó a dar el paso.
«La gente de nuestra generación no sabía lo que comprar, ni encontraba dónde hacerlo. También había artistas que no tenían galería o sólo estaban de manera simbólica. Y clientes que tenían hijos que coleccionaban igual que sus padres pero no estaban contentos con lo que estaban coleccionando. Fue como crear una nueva generación», recuerda Casado. Para hacerlo posible contó con la colaboración de Concha Santapau que, aunque procedente del mundo de las finanzas, se había hecho cargo de colecciones corporativas de la banca y contaba con interés y el conocimiento necesarios para llevarlo a cabo.
La galería Casado Santapau huye de etiquetas. Ni arte joven, ni latinoamericano, ni dibujo o pintura. Vive de abrir caminos. «Hacemos nuevas propuestas para que la gente descubra si eso coincide o no con sus gustos. Nos importa la calidad y ofrecer cosas a Madrid que no estén machacadas », precisa Casado. Abrazan el riesgo de hacer negocio con el arte y saben que su trabajo es convencer a los clientes de que merece la pena.
Así ha sido desde su primera exposición, de la que pronto se cumplirán cinco años. Surgió la ocasión de trabajar con el grupo cubano «Los Carpinteros» o hacerlo con uno de sus antiguos miembros, Alexandre Arrechea. Casado Santapau se decantó por el artista desligado y la muestra terminó en victoria. «Vimos el potencial que tenía y hemos conseguido llevar sus exposiciones al MOMA, al Reina Sofía o la Fundación Thyssen de Viena».
El reconocimiento de ARCO
Tal y como explica Damián Casado, ARCO nació en 1982 «para legitimizar el arte contemporáneo y ha logrado democratizarlo». Para todos los centros de arte invitados supone un reconocimiento a la buena labor y una oportunidad para cautivar nuevas miradas.
Así lo entiende Casado Santapau, que en la edición de 2012 volverá a unir fuerzas con el portugués Pedro Cera para presentar una «galería ibérica» que forme una panorámica general del arte actual. «Serán artistas muy diferentes entre sí, pero que cohabitan muy bien», explica Casado mientras se mueve entre las piezas que aguardan para exhibirse en una de las ferias de arte más visitadas del mundo.
«Es una oportunidad para mostrar lo último que has hecho o tus apuestas personales. En ARCO arriesgamos bastante con piezas muy grandes o mucho más caras de lo habitual, rarezas…». Este año el riesgo se llamará Alain Urrutia, un joven bilbaíno que a sus poco más de 30 años tiene maravillado al galerista. Una corazonada, esa otra mitad que pelea con la reflexión por decantar el nombre de una apuesta.
Si funciona, pasará a ser un valor seguro como Matthias Dornfeld. Tras participar hace dos años en una exposición con otros tres artistas alemanes, sus cuadros vuelven a estas paredes. «Son artistas con toda una carrera por delante, con los que podemos crecer juntos. Tienen poco más de 40 años». Casado Santapau sólo cinco.
[box border=»full»]Calle Conde de Xiquena, 5 (Madrid). Martes-Viernes 11 a 14 h. / 16.30 a 20.30 h. Sábados 11 a 14 h. Teléfono: 915 210 382. Web: www.casadosantapau.com [/box]