La «tormenta perfecta» del periodismo digital según Elsa González
El periodismo se encuentra en una encrucijada: por un lado, el camino de la convivencia con antiguas formas de ejercer la profesión, donde el papel se erige como el soporte clave; por otro, el sendero de la era digital, que irrumpe como el «Renacentismo periodístico» para revolucionar y cambiar el paradigma, con internet como pilar base. Ante este panorama la actual presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, analiza nuevas realidades y el futuro de la profesión que se debatirán durante la decimocuarta edición del Congreso de Periodismo Digital de Huesca.
«Este encuentro recibe a una profesión en un estado bastante delicado», asegura González, quien apunta al paro, la precariedad, la crisis y el cambio en los usos y costumbres de los lectores como los ejes del cambio. González define este nuevo paradigma como una «tormenta perfecta» donde se debe aprovechar el auge de las nuevas tecnologías. «Pero teniendo en cuenta que la ética debe ser la misma para todos los soportes».
La presidenta de la FAPE dice que este término es el futuro del periodismo. «La velocidad no puede suplir al rigor», decía en la inauguración del congreso. Pero llega más allá. González opina que el problema reside en que hay «gestores al frente de los medios de comunicación», y que a su juicio, «faltan editores». «Hemos pasado a un modelo de la audiencia a costa de todo. El fin no justifica los medios y ahora mismo parece que en muchas ocasiones estamos funcionando con esta pauta», sentencia.
El futuro en las redes
Para González, el futuro está claro: la digitalización. Pero conviviendo con el papel: «Cuando llegó la radio y la televisión se habló de que desaparecería el papel y no lo hizo. Aunque seguramente perderá la preponderancia que tiene ahora», matiza. Sin embargo, la presidenta de FAPE advierte que el camino será difícil: «Aunque lo digital marcará la pauta en el futuro, aún tenemos que atravesar un desierto, porque nos queda mucho. Hay que aguantar un poco».
En el futuro también habrá que buscar solución a problemas del presente, como el descrédito de los ciudadanos frente a la labor del periodista. Las encuestas sitúan a la profesión en penúltimo puesto en términos de credibilidad, solo adelantando a los juristas. «Tenemos que recuperar esa fortaleza que tuvimos, por ejemplo, durante la Transición, porque el político aprovecha y toma posiciones», comenta González en referencia a los últimos sucesos de ruedas de prensa en las que los gobernantes no conceden preguntas.
El «periodismo ciudadano»
«Los periodistas somos los que administramos el principio democrático del derecho a la información, y para hacerlo, debemos fortalecer la ética», recuerda González. Y opina que, pese a que el «periodismo ciudadano» que se extiende por la red puede hacerlo cualquier persona, «no cualquiera puede ser periodista». «Igual que el médico o el abogado tienen una misión, nosotros tenemos otra, que es la de velar por el artículo 20 de la Constitución, y no puede quedar en manos de blogueros. Eso no es periodismo», afirma rotundamente.
Twitter es otro desafío del periodismo digital. Amado por muchos, odiado por otros tantos, González tiene claro que es una herramienta «muy útil para comunicarse» pero que «no puede suplir la labor periodística». «No sabemos hasta qué puto un tuit es fiable o no, y es algo que debemos debatir», dice la presidenta de FAPE. Además apunta otro problema: la necesidad del periodista de estar constantemente conectado y activo: «¿Hasta qué punto debemos someternos a estar tuiteando todo lo que ocurre?», se pregunta.
Ante estas cuestiones aún sin solución el panorama sigue avanzando, con los ojos vendados. El congreso se propone como una oportunidad de dar respuesta a estos nuevos caminos que son «el horizonte claro que todos los periodistas buscan para saber por dónde van las cosas», aventura González.