Comprometerse con buenas historias
Compromiso y periodismo siempre han ido de la mano. No se concibe el periodismo sin un mínimo compromiso con la sociedad pero, ¿quiénes se comprometen con los que más lo necesitan? A lo largo y ancho del planeta son muchas las personas que sufren miserias y padecen las consecuencias de conflictos que no manchan las páginas de los diarios. Es ahí donde se necesita elevar la voz. Ramón J. Campo, periodista de Heraldo de Aragón, modera esta mesa donde se insiste en una idea fundamental: el periodista debe contar historias.
Toma la palabra el periodista Gilles Tremllet, The Guardian, que lidera una iniciativa en una cabecera con solera donde es posible leer esas historias que en sus páginas diarias no tendrían lugar. Se trata de una «sección aparte» que sustituye a la reputada sección de «Society» (Sociedad) y que está financiado por Bill&Melinda Gates Foundation. Podría definirse como una suerte de ONG dentro del periódico. «No había dinero para cubrir temas de desarrollo pero estas historias seguían interesando a los lectores. Fuimos a la fundación más rica del mundo y les ofrecimos un sitio en internet para hablar de temas del mundo en vías de desarrollo. Montamos una página dentro del diario donde hacemos un seguimiento de cómo va el mundo en ese sentido», resume Gilles Tremlett.
Pero como decía Ryszard Kapuscinski, los cínicos no sirven para este oficio. Quizás por eso, lo primero que hicieron desde The Global Developemt fue poner a prueba ese contrato de independencia con la fundación que les financiaba: «publicamos una columna donde les poníamos a parir», confiesa. No hubo represarías.
La vocación de las ONG’s es cambiar el mundo buscando un modelo más justo y para ello, según Lucila Rodríguez-Alarcón, Intermonoxfam.org, «dependemos del periodismo». Llama la atención sobre la necesidad imperiosa de contar historias para que el público visualice y empatice con esa realidad: «la historia está ahí, no necesitamos venderla, necesitamos que la cuenten». La clave de un periodismo comprometido para quien lucha desde el otro lado de la barrera contra el olvido de las causas perdidas es evitar que las ONG’s sean meras agencias de turismo a las que los periodistas acudan para reflejar una realidad oculta. “Se necesita un periodismo de investigación”, asegura.
Bru Rovira, freelance, tiene claro qué batalla hay que librar: «contar historias sin que números y políticos nos quiten espacio en los medios». Para él, la calidad es la medicina para curar el periodismo contra la propaganda. Los periodistas deben curtirse en tres aspectos: vocación, pisar el terreno y construir historias. Para Rovira es imposible que un periodista se comprometa sin motivación, sin que sienta esa necesidad imperiosa de “vivir la historia que cuentas”. Y como consecuencia, el periodista necesita tocar la realidad, hablar con sus protagonistas… «Hasta que no llegas al terreno no conoces la verdad. Tienes que estar en la calle porque allí es donde se cuece todo», insiste Rovira. Para él, la estructura de la historia es más del 60% de la calidad de un reportaje. «Necesita ritmo y belleza, seleccionar, emocionar al lector…», confiesa este reportero con dotes literarias.
Ya en el debate, los tres ponentes coinciden en señalar la necesidad de un periodista comprometido con historias de calidad. Niegan que el medio sea el mensaje llamando a crear una red de nichos en internet capaz de empatizar con el gran público a través de un periodismo basado en historias humanas que vayan más allá de titulares de agencia.