Malos aires
Son tres de los contaminantes atmosféricos que la Unión Europea (UE) obliga a medir con regularidad para comprobar la calidad del aire que se respira. Y en Cuatro Caminos, superan con creces el nivel permitido.
Junto al Parque Santander, en la Avenida de Pablo Iglesias, sobre una caseta verde oscura se asientan una serie de instrumentos extraños y viariopintos. Su misión es atrapar a estos tres vecinos y registrar las —demasiadas— veces que pasean por el barrio. Es una de las 24 estaciones de medición de la calidad del aire que el Ayuntamiento de Madrid mantiene, vigilantes, en distintos puntos estratégicos de la capital. Se llama estación de Cuatro Caminos. Pero no está ahí.
La Avenida de Pablo Iglesias dista de la Glorieta 400 metros, y sin embargo, ha sido el lugar escogido para ubicar la estación «de Cuatro Caminos». Algo que podría no tener importancia si no fuera porque ésta es una de las nueve estaciones denominadas «de tráfico», es decir, que miden la contaminación atmosférica en zonas de fuerte tránsito de vehículos. De hecho, el Ayuntamiento la califica como «calle grande con tráfico intenso». Sin embargo, el parque de Santander no es, precisamente, un lugar que destaque por su gran afluencia de automóviles. El representante de la ONG Ecologistas en Acción, Juan Bárcena, asegura que si la estación «estuviera realmente en Cuatro Caminos, daría niveles más altos».
El dióxido de nitrógeno es un gas que proviene de los motores de los automóviles y afecta, además, al tracto respiratorio, en especial al de los niños y los asmáticos. No obstante, Juan Bárcena apunta a que es difícil establecer «el efecto directo del dióxido de nitrógeno sobre la salud» porque éste suele viajar acompañado por otros contaminantes. La concentración media anual permitida por la UE de este indeseable vecino está fijada en 40 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, en la estación de medición de Cuatro Caminos registró una media anual de 55 en 2011, lo que la sitúa en la tercera estación con valores más altos de las 24 que hay en la ciudad.
En lo que respecta a las partículas en suspensión PM10 y PM25, multitud de estudios epidemiológicos han evidenciado los graves efectos que tienen sobre la salud de las personas. Ejemplo de ello es el «APheis2», publicado en el Boletín Epidemiológico de la Comunidad de Madrid, que ha establecido una correlación clara entre enfermedades cardiológicas, respiratorias e incluso la muerte y la exposición a estas partículas. En cuanto al valor límite anual, la legislación establece que el valor medio de PM10 a lo largo de todo el año no debe exceder los 40 microgramos por metro cúbico —la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 20 microgramos por metro cúbico—. Sin embargo, Cuatro Caminos llegó a los 28, convirtiéndose en la segunda con niveles más altos de Madrid. En cuanto al PM25, comparte la primera posición con la estación de Escuelas Aguirre.
A la luz de los datos, Bárcena asegura que «la estación de Cuatro Caminos puede considerarse como una de las peores de la actual red». Aire negro para los vecinos.
Un «cambio de aires»
En 2010, el Ayuntamiento de Madrid acometió grandes cambios en la red de medición de la calidad del aire de la ciudad. Esta reestructuración supuso trasladar algunas de las estaciones que estaban situadas en los lugares que registraban los niveles más elevados de sustancias nocivas en el aire hacia la periferia. «Ojos que no ven, corazón que no siente», como afirman algunos vecinos. Algo parecido ocurrió con la estación de Cuatro Caminos que, aún trasladada a una zona próxima a un parque, siguió manteniendo su condición de estación de tráfico. Por ello, Ecologistas en Acción mantuvo entonces que la nueva red «huía del tráfico», en lugar de volcarse en él.
Sin embargo, se pongan donde se pongan las estaciones, el distrito sigue siendo un punto negro en esa boina que ya de por sí es Madrid entera. Quizás por ello, lo que la pequeña caseta verde de Cuatro Caminos necesita no es un cambio de sitio, sino un cambio de aires.
Eso es el barrio de cuatro caminos,sino el barrio de Vallehermoso, distrito de Chamberi que poco o nada tiene en común con el primero.
Saludos.
As, el lugar en que está emplazada la estación de medición corresponde, como bien dices, a Vallehermoso. Pero se trata de la estación «de Cuatro Caminos», y por ello los colectivos ecologistas reivindican que es allí donde debería estar ubicada, y no en Vallehermoso.