La Marea: «Vivir de la publicidad no garantiza tu independencia»
Cuando el diario Público cerró su edición en papel, un grupo de trabajadores buscaron una forma para salvar el periódico. Esa fue la semilla de una cooperativa conformada por trabajadores y lectores para comprar la cabecera. Mediante el crowdfunding consiguieron más de 30.000 euros para acudir a la subasta para hacerse con el control de la cabecera, lo que les permitiría seguir trabajando con la web del diario. Pero hubo una oferta mayor, realizada por una empresa vinculada a los anteriores dueños.
Tilo Schaffer cuenta como ese fue el momento en el que hubo que decidir si tirar la toalla o seguir adelante. No pudieron comprar Público, pero se había puesto la primera piedra de La Marea. Desde el verano de 2012 comenzaron a gestionar una web que defendiese una información cercana a los movimientos sociales y crítica con el poder. En diciembre de 2012 nace el primer número en papel. Una apuesta mensual para poder hacer información «más reposada y de más calidad».
El papel resucita
¿No había llegado el fin del papel? «La muerte del papel se ha interpretado mal. Si que hay agonía de la prensa diaria. Esto ya no es sostenible, ni por dinero ni por tiempo de la gente. El formato papel sigue gustando. Si que creemos que hay una demanda en semanario o revistas mensuales. El papel sigue dando más entidad».
«Desde el punto de vista empresarial la venta de la revista es prácticamente nuestro único ingreso, porque tenemos un código ético muy estricto para la publicidad», cuenta Schaffer, uno de los nueve socios-trabajadores que han aportado el capital social a la empresa. Y se encuentran cómodos en esa tesitura: «Vivir de la publicidad no te permite mantener la independencia», remacha.
Schaffer contempla como una posibilidad bastante realista el que los medios tradicionales dejarán de publicar en papel con carácter diario y pasarán a ser semanarios. Y a la vez que las grandes cabeceras realizan ese trayecto, La Marea empujará hacia una presencia más habitual en quiosco: «En un tiempo nuestra idea es pasar a tener una periodicidad quincenal e incluso semanal». La presencia del papel no de modo diario sino como producto periodístico más reflexivo «abre el abanico para tener varias cabeceras de referencia, algo que es más difícil en el modelo de compra diaria de periódicos».
Después de un primer número en el que vendieron 7.000 ejemplares y con una web que recibe 130.000 usuarios únicos al mes, Schaffer cree todavía no se puede decir que la consolidación sea definitiva, pero se muestra convencido de que el modelo que convierte al medio en 100% propiedad de sus trabajadores y lectores es el adecuado: «Aquí no hay accionistas principales ni mandamases».
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