El universo tuitero, a examen
Para coronar el Congreso de Periodismo Digital de Huesca, periodistas, community managers y empresarios aúnan posiciones sobre las bondades y peligros de Twitter. Pedro de Alzaga, socio fundador de Cuarto Poder, comienza describiendo la red social como la nueva plaza pública donde se fiscaliza desde la información objetiva hasta la crítica más descarnada. Sin embargo el periodista lo tiene claro, detrás siempre está la sociedad.
Virginia Pérez Alonso, miembro del equipo directivo de 20 minutos, define Twitter como una fuente. La periodista establece la necesidad de contraste de la «información en bruto» extraída de la red social. La califica como una herramienta para conseguir información y apela “al menos común de los sentidos» como instrumento moderador de este nuevo torrente informativo.
Por contraste, el periodista chileno Guillermo Culell subraya el entretenimiento como su prioridad a la hora de curiosear por los bajos fondos de la red del pájaro, resaltando la frescura e ironía de algunos comentarios.
La ética periodística sobrevuela en todo momento esta mesa y se posa en el peligro de la ausencia de control. Todos los ponentes están de acuerdo en que la ausencia de normativa al respecto puede suponer el foco de numerosos incendios que hagan explotar a la red, sin embargo, sus opiniones también convergen en el papel de Twitter como termómetro socialque mide la temperatura de unos lectores cada vez más activos, sin descafeinar. Guillermo Culell señala «la oportunidad de los medios para explorar el flujo dinámico, permanente y sorpresivo» y se declara partidario de la ausencia de regulación del mismo. Virginia Pérez rompe también una lanza a favor del medio para posicionarlo como bisagra entre el lector y el redactor sin establecer una limitación en el canal de comunicación.
La salud de Twitter
Los tres ponentes emiten su diagnóstico: de momento Twitter está sano. Pedro de Alzaga considera que Twitter es siempre un gran titular porque generalmente los usuarios afinan mucho y Guillermo Culell pone el colofón al comentario afirmando que «la red es el portal de las pequeñas grandes historias que pasan en las ciudades».
Como no podía ser de otra forma se acaba abordando las consecuencias de Twitter para los medios y con ello el nuevo escenario en el que se sitúan los periodistas. Los ponentes parecen haberle tomado el pulso a la situación, pues una nube de preocupación se apodera del final de la ponencia, sacando a la palestra el peligro del marketing periodístico y la indefinida relación de los periodistas con su propio medio a la hora de fiscalizar la información entre las cuentas personales y oficiales de trabajo.
Este tema queda en el aire, pues en el aire está también la solución del control de la información. Y es que al fin y a la postre todo depende, de momento, del medio en el que trabajes.