Juan Valbuena o cómo ser fotógrafo sin morirse de hambre
Juan Valbuena es «un fotógrafo peculiar» en palabras del periodista y director del Máster de ABC Alfonso Armada. «Cuando le digo a la gente que soy fotógrafo, me preguntan que si soy de bodas o paparazzi», explica. Sin embargo, en una época en la que los medios atraviesan una profunda crisis económica y de modelo, Valbuena ha consiguido sobrevivir detrás de una cámara dedicándose al fotoperiodismo o, «como ahora se dice, “fotografía documental”».
«El problema (añadido) del fotógrafo es que hay dos formas de pagarte: con euros y con visibilidad. Te dicen: «no te pagamos porque somos importantes y consigues renombre». Además, la fotografía ha perdido valor en sí misma: “si la foto ya está hecha, mándamela gratis”».
Para esquivar todos estos baches, Valbuena fundó en 2005 con otros doce colegas la agencia Nophoto, una vía para llevar a buen puerto proyectos individuales y colectivos no convencionales, que en su mayor parte no son adquiridos por los medios de comunicación. «Lo que hacemos en Nophoto —explica— es un formato híbrido. Generamos historias, imágenes metafóricas, recreaciones, fotografías artísticas… algo ligeramente diferente a la fotografía plenamente periodística».
El objetivo principal que persiguen es conseguir la financiación necesaria para realizar un proyecto de fundaciones o empresas, desarrollarlo y, si posteriormente interesa a algún medio de comunicación, vendérselo.
Un ejemplo: «El próximo 23 de abril presentaremos A la hora y en el lugar, un recorrido fotográfico por todos los lugares donde ha habido un asesinado por la banda terrorista ETA en los últimos años. Antes de empezar se lo ofrecimos a El País Semanal, pero nos dijeron que no les interesaba. Nosotros seguimos adelante y, cuando estaba a medias, ETA anunció el cese de su actividad armada. Entonces nos llamaron para publicarlo».
Para profundizar en esta serie de iniciativas creó la editorial Phree, que nació «con la intención de generar un soporte en papel para fotografía documental contemporánea. Recuperar el formato físico, fuera de internet. De momento llevamos seis números». Valbuena cree que el papel conserva ventajas que el ordenador no puede alcanzar: «Para publicar algo en papel hay un gasto y, por tanto, un filtro. En la web en cambio todo se acumula… todavía tenemos el reto de hacer contenido para la pantalla».
Crear su propio camino
Para Valbuena poder dedicarse profesionalmente a la fotografía pasa obligatoriamente por que cada uno se cree su propio camino, sin depender de los grandes medios de comunicación. «Lo primero que debe hacer es un proyecto personal, ser algo distinto a un número de teléfono que empiece por 6. Algo que te importe, algo lento. Que tú mismo descubras cómo hacerlo viable. Es la forma de crearte tu propia ventana de emisión, y que ésta te sirva para dar el siguiente paso».
Eso es precisamente lo que él hizo, a través de una serie de proyectos que le abrieron varias puertas en el mundo laboral. «En 1999 empecé con La ancha frontera, un proyecto que me duraría diez años, hasta 2009. Era un recorrido por el Már Mediterráneo a través de fotografías, dibujos, postales… Me sirvió para convertirme en alguien con experiencia en hacer diarios de viaje. A raíz de ello, en 2010 recibí un encargo de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana para hacer un diario especial sobre su aniversario».
Le siguió En un lugar de La Mancha, un trabajo de búsqueda y rescate de sus raíces familiares en torno al pueblo conquense de Fuente de Pedro Naharro.«Esto también sirvió para situarme: ya no era solo el que viajaba, sino también un tipo que hacía álbumes». Después recibió un encargo del centro cultural Casa África para realizar un trabajo sobre el barrio de Lavapiés y preferí hacerlo con fotos tomadas por los propios vecinos. «A través de eso llegamos a la prensa. Si tu a un periódico le dices: «voy a hacer esto sobre Lavapiés no te hacen caso». Pero así El País Semanal nos dedicó dos páginas, más espacio del que yo había tenido nunca como fotógrafo».
Estos proyectos permiten al fotógrafo situarse en los medios y también tener la iniciativa. «Siempre estoy haciendo algo, sino para alguien, para mí. El fotógrafo es una unidad de producción, tiene que generar sus propios contenidos. En eso está el éxito, en el equilibrio entre los encargos y lo que haces para ti. Si solo haces encargos te sentirás mal. Si solo haces cosas para ti no tendrás un duro».
Física y creatividad
Quizá tenga que ver en su faceta emprendedora e imaginativa su formación como físico en la Universidad Autónoma de Madrid. «Los físicos son muy creativos cuando se ponen», explica sonriente. «La física tiene los nombres más hermosos que se conocen. Por ejemplo: Quark».
Admite que la ciencia le sigue encandilando, aunque solo se dedicó profesionalmente a ella durante los dos años que pasó enseñando en un instituto. También que le gustaría juntar sus dos grandes pasiones, física y fotografía: «Me habría gustado hacer algo sobre la materia oscura, fotografiar lo que no se puede fotografiar. Pero justo acaba de salir un libro y me han quitado el tema».
¡ Qué interesante !
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