Rezando voy, rezando vengo
Hoy en día parece inconcebible la vida sin internet. Sin ánimo de blasfemar, podría decirse que en internet vivimos, nos movemos y existimos. El común de los mortales pasa horas delante de la pantalla. A través de la tupida red universal, se comunica con los amigos, consulta las noticias, ve películas, escucha canciones… Desarrolla su vida cotidiana, en definitiva. Para muchas personas en el mundo, eso incluye rezar.
En 2009 un jesuita de Valladolid llamado José María Rodríguez Olaizola puso en marcha «una idea ambiciosa, llena de ilusión, con muchas ganas de aproximar la oración a la vida concreta de la gente». Consistía en crear el primer gran portal de oración de España, desde el que descargar o escuchar una breve oración diaria. Dos años después del arranque de la aventura, Rezando voy registra dos millones de visitas.
La idea, adaptada de la versión inglesa Pray as you Go, ha calado. Casi 30.000 cristianos (aunque no es obligatorio serlo) se descargan a diario el archivo. Una pieza de unos 15 minutos de duración que entremezcla música, silencio, canciones, lecturas, reflexiones, ideas para profundizar en la propia dimensión del ser y su trascendencia. No importa tanto que el orante vaya en el Metro, caminando por la calle o haga un descanso en el trabajo. Es lo que San Ignacio de Loyola llamaba «la pausa diaria».
Tras dos años de experiencia y trabajo, José María Rodríguez Olaizola, SJ, confiesa que están «muy contentos con la respuesta entusiasta de la gente» y celebra su difusión «por todo el mundo hispanohablante». Indica que la mitad de las descargas se realizan en España y la otra mitad se reparte entre países de todo el mundo -hasta 154 según El Norte de Castilla-, con un predominio de México, EE.UU., donde asegura que está creciendo mucho, Colombia, Chile, Perú…
De España a la selva
Ésa es una de las ventajas de Rezando voy: su capacidad para llegar a todo el que lo desee. «Lo bonito es que no es únicamente para la gente que tiene acceso a internet». El jesuita sociólogo pone el ejemplo de una religiosa que lleva todas las semanas un CD a una aldea perdida en la selva del Perú, porque «se lo piden, y se han acostumbrado, y les gusta, y les llega». Olaizola, autor de libros como En tierra de nadie y Contemplaciones de papel con la editorial Sal Terrae, se felicita de que el proyecto sirva a gente muy diferente «de orígenes, de situación económica o de manera de entender la fe».
Todo este trabajo se basa en el trabajo y la ilusión de mucha gente. La Compañía de Jesús lo respalda y promueve desde su Oficina Digital y a través de sus editoriales Sal Terrae y Mensajero. La sede de Rezando voy se encuentra en la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola de Valladolid. Los responsables británicos de Pray as you Go les ofrecieron el consejo de su experiencia. También están hermanados con los portugueses de passo-a-rezar. Y decenas de voluntarios de distintas ciudades colaboran desinteresadamente con la preparación de los materiales. Elisa García, de Málaga, redacta algunas de las oraciones de los fines de semana, además de «hacerle publicidad y propaganda por todos sitios». Gonzalo Vegas, también joven, presta su voz, profunda y grave, para reflexiones y lecturas. Explica que antes de grabar hacen una lectura previa y reflexionan sobre ella. Después, «respiramos profundamente y nos metemos con ello».
Cantantes y cantautores de reconocida espiritualidad como Maite López o los jesuitas Alejandro Labajos y Cristóbal Fones ponen sus valiosas cuerdas vocales y su inspiración al servicio de la causa. Aunque también se recurre a música clásica e himnos religiosos. Por último, esta gran «misión» multinacional de oración se nutre de los donativos voluntarios. En marzo de 2013 lanzaron su primera campaña de recogida de donativos. También por Facebook y Twitter, donde tienen su espacio y sus «fieles» seguidores. El 9 de marzo de 2013, para celebrar su segundo cumpleaños, se reunió buena parte del equipo en la capital del Pisuerga. Muchos no se conocían entre sí. Comieron, compartieron una Eucaristía y, por supuesto, rezaron. Seguro que esa oración contribuyó a que cuatro días más tarde, el 13 de marzo de 2013, el cardenal jesuita Jorge Mario Bergoglio fuera elegido Papa: el Papa Francisco.
Me parece una forma para hacer oración muy buena porque en cualquier momento puedes buscar un rato de silencio y relajarte me gusta la forma y los contenidos y estoy enganchada desde que empezasteis el día que por algún motivo Se me complica y no puedo hacerla es que me falta algo.
Quiero daros las gracias por tanto bien que hacéis Espero que esto dure mucho porque aunque soy mayor me ayuda mucho a encajar los momentos duros que la vida tiene muchas gracias a todos y un abrazo.