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Las marquesinas de Madrid (III): el «rodillo» político

G. Ginés, Lucía M. Cabanelas, Silvia Nieto

La polémica remodelación de las marquesinas continúa. Las obras comenzaron hace meses y el rechazo, tanto de políticos como de ciudadanos, sigue presente. Como explicó Madrilánea en anteriores entregas, el Ayuntamiento pierde con esta operación una buena oportunidad económica, que cede a empresas privadas. Una parte de la oposición ha denunciado el pliego de condiciones «hecho a medida», mientras que el retraso en la instalación de algunas paradas casi alcanza los cuatro meses. Los paneles electrónicos todavía no están operativos, a pesar de que los escaparates publicitarios sí están en funcionamiento. ¿Qué pasa en la EMT? ¿Por qué obtener información sobre las sanciones a Cemusa y El Mobiliario Urbano S.L.U. es un verdadero laberinto burocrático? ¿Cómo se toman las decisiones?

La Empresa Municipal de Transportes (EMT) está en números rojos. Según un documento del Registro Mercantil, la sociedad cerró 2013 con unas pérdidas de 35 millones de euros. El Ayuntamiento, que hasta el año pasado decidía a quién cedía la gestión de las marquesinas de Madrid, optó por asignar esta atribución a la EMT. El objetivo era sanear su situación económica, debilitada después de una serie de decisiones que levantaron las suspicacias de la población, los trabajadores y algunos políticos municipales.

Todo comenzó en 2011. Desde agosto de ese año, Ana Botella ocupó la presidencia de la EMT, un cargo al que accedió cuando todavía no era alcaldesa, sino concejal de Medio Ambiente y Movilidad. La trayectoria de Diego Sanjuanbenito, su mano derecha en el Ayuntamiento, fue similar. En mayo de 2013 este político del Partido Popular ocupó la misma Concejalía y, seis meses después, pasó a formar parte de la directiva de la EMT. Desde entonces, ostenta los cargos de presidente de la Comisión Ejecutiva, vicepresidente y consejero. Aunque Botella es la presidenta, Sanjuanbenito es la cabeza visible al mando de la empresa pública.

Diego Sanjuanbenito, vicepresidente de la EMT, junto a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Foto: www.madrid.es
Diego Sanjuanbenito, vicepresidente de la EMT, junto a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Foto: www.madrid.es

En numerosas ocasiones, la oposición ha manifestado su descontento con la forma de actuar de estos administradores. Los portavoces de los grupos municipales de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Partido Socialista de Madrid (PSM) e Izquierda Unida-Los Verdes, Jaime de Berenguer, Ruth Porta y Raquel López respectivamente, también consejeros de la EMT, han definido esta gestión como «completamente opaca y casi hasta fraudulenta». Actualmente forman un frente unido en las Comisiones de Medio Ambiente y Movilidad para rebatir algunas de las medidas adoptadas por el Partido Popular. Falta de información, toma de decisiones sin consenso y ambigüedad han sido las principales quejas que estos políticos achacan al gobierno municipal, en el que los populares son mayoría.

El 27 de diciembre de 2013, la EMT convocó, de forma extraordinaria y urgente, a los integrantes de la Comisión de Coordinación para comunicar su fusión con Madrid Movilidad, responsable de la grúa y de 16 aparcamientos públicos de la capital. El pretexto era «salvar» ambas sociedades. Sobre todo a la EMT, amenazada por sus pérdidas desde la entrada en vigor de la nueva ley de reforma local, que hacía peligrar a las empresas públicas deficitarias.

La decisión del gobierno municipal se tomó sin el consenso ni el conocimiento de los trabajadores de EMT y Madrid Movilidad, enterados de la operación por los medios de comunicación. Prueba de esta confusión son las declaraciones de Antonio, conductor y miembro de la sección sindical de la UGT en la EMT. Preguntado acerca de la situación de los empleados, manifestó su sorpresa cuando observó que el incremento de personal, consecuencia de la fusión de ambas empresas, no aparecía reflejado en el Registro Mercantil.

El Partido Popular, que aprobó en solitario la fusión de ambas, se cobija en las sinergias y en los beneficios recíprocos que satisfarán a los madrileños. Sin embargo, Jaime de Berenguer, portavoz de UPyD, disintió: «Si en la EMT el 74 % del presupuesto es gasto en personal y el 80 % de la empresa de Madrid Movilidad es de personal, ¿me puede decir usted cómo van a hacer esas sinergias?». Durante su intervención, Berenguer también criticó que la EMT se hubiera convertido en «un lugar donde enchufar a compañeros de partido».

Enchufismo en la EMT

El portavoz de UPyD no es el único miembro de la oposición que ha denunciado este asunto. La portavoz del grupo municipal socialista, Ruth Porta, confesó que en la UGT se manejan listados de «enchufados». Según sus palabras, el nepotismo imperante en la EMT se redujo con la fusión.  La sobredimensión de cargos directivos disminuyó con la unión de ambas sociedades municipales, al coincidir muchos de esos puestos gerentes, entre ellos Diego Sanjuanbenito. Madrilánea contactó con el secretario general de la UGT para la EMT, Juan José Castañeda Soriano. Aunque en un primer momento accedió a hablar y dar nombres, más tarde se retractó y prefirió no hacer declaraciones sobre esta cuestión. Plataforma Sindical, también presente en la EMT, decidió mantener el silencio por la cercanía de las elecciones sindicales. Por su parte, Sindicato Unificado remitió a los escritos de su página web.

La fusión entre la EMT y Madrid Movilidad no ha sido la única decisión cuestionada. La oposición también ha criticado la eficacia del convenio firmado entre el Consorcio Regional de Transportes y la EMT durante la comisión del 20 de enero. Entre 2012 y 2013, el Consorcio acumuló una deuda de 27 millones de euros con la empresa municipal. Ruth Porta recriminó al Partido Popular no haber reclamado el impago. «¿Quién informó, recomendó y propuso su firma? ¿Tal vez Ignacio González? Y si usted era un ignorante, ¿cómo es posible que se mantenga al frente de la empresa al mismo equipo directivo?», cuestionó la socialista.

Sin embargo, para Sanjuanbenito, el Plan Económico Financiero ya contempla medidas al respecto. «Lo que no se puede hacer es simplemente echarle más leña al fuego», valoró el vicepresidente de la EMT. «No me ha contestado absolutamente a nada», le reprochó Porta.

Lo cierto es que la situación de la empresa municipal a partir de 2016 es una incógnita. «Hemos salvado los muebles en 2015, pero ¿en 2016 qué?», preguntó Raquel López, concejal de Izquierda Unida, durante la misma sesión. No era la primera vez que expresaba su incertidumbre sobre el futuro: «Creemos que la cifra de directivos es abusiva en relación con los resultados». Según explicó López, si el pasado diciembre se aprobó el Plan Económico Financiero fue para evitar «que intervengan la empresa municipal, lo que significaba abrir la puerta a la privatización y a los despidos de los empleados públicos». También manifestó su preocupación sobre la empresa y sus trabajadores.

La portavoz de IU ha sido también muy crítica con la polémica remodelación del mobiliario urbano, una gestión que compara con otras operaciones de la Junta Directiva. Por ejemplo, con la instalación de las luces de Navidad, donde el pliego de condiciones  limitaba el concurso a «la empresa de turno», en este caso Iluminaciones Ximénez. Según López, esta forma de repartir licencias también se repitió con Navibús —autobús turístico de Madrid—, donde unas sociedades fueron elegidas «a dedo» después de «un contrato sin licitación pública».

El plazo para finalizar las obras de las marquesinas debía finalizar en octubre. Foto: J.R.Ladra
El plazo para finalizar las obras de las marquesinas debía finalizar en octubre. Foto: J.R.Ladra

En lo que se refiere a las marquesinas, todavía no se han hecho públicos datos esenciales como la fecha de finalización de las obras o la posible sanción de la EMT a Cemusa y El Mobiliario Urbano S.L.U. por el retraso de cuatro meses en la remodelación.

La respuesta ciudadana

Mientras el debate político continúa, a pie de calle se toman decisiones. Es el caso de los jóvenes de Moratalaz Distrito 14, que han comenzado a quitar con destornilladores los separadores de los bancos de las marquesinas. Este elemento recibió muchas críticas. Algunos lo consideraron una medida «antimendigos», cuyo fin era evitar que los indigentes se tumbaran en los bancos. Los ciudadanos continúan mostrando rechazo a este modelo aprobado por la EMT, como demuestra su adhesión al hashtag #arreglatumarquesina de la red social Twitter.

Reconversión de las marquesinas, fusión de empresas, quiebra económica… El hermetismo es una constante en estas gestiones públicas. Los madrileños desconocen qué motiva las operaciones y los directivos de la EMT, como atestiguan sus declaraciones, actúan sin planificar el alcance de las mismas.  La adjudicación tiene muchas aristas y las cifras y los resultados son opacos.

Un entramado de decisiones cuestionadas, acusaciones mutuas y cuentas deficitarias. Mientras los políticos discuten el futuro de la EMT, los ciudadanos todavía esperan la remodelación de todas las marquesinas de Madrid.

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