Galería Pilar Serra, una apuesta por el arte español
Última revisión del correo electrónico. Una de las citas del día se va a presentar más tarde de lo anotado en su agenda y tendrá que ver qué reajustes hace para atenderla de la mejor manera posible. Se trata de Pilar Serra, directora de la galería que lleva su nombre. Al conocerla, se descubre a una verdadera profesional que se desvive por sus clientes y, sobre todo, por los artistas a los que representa.
Sin embargo, esta mallorquina de intensa mirada y fácil sonrisa asegura que llegó al mundo de las galerías de arte de manera casual. «Yo he sido durante veintidós años profesora de Secundaria de Lengua y Literatura», comenta con orgullo. «Nunca me planteé llegar a dirigir mi propia galería». Eso sí, la casualidad contaba con una ayuda inestimable, la pasión de Pilar por el arte. Una atracción que se traducía en innumerables visitas a otras galerías hasta que picó el anzuelo. «Me gasté mi primer sueldo como profesora en una pintura», confiesa entre risas. Durante siete años pudo compaginar sus dos grandes pasiones, enseñar y dirigir una galería de arte. Al final tuvo que elegir y abandonó las pizarras por las obras en las paredes. «Nunca me he arrepentido de la decisión que tomé», dice. Uno la mira a los ojos y ve que lleva razón, el arte no es solo su trabajo, es su gran amor.
La galería se fundó en 1972 con el nombre de Estiarte, aunque Pilar no entró hasta cinco años después. En sus inicios, la galería se especializó en obra gráfica, incluyendo exposiciones de artistas extranjeros del más alto nivel. En 1991 Pilar asumió la dirección, sustituyendo a Gonzalo Cabo, y comenzó a dar cabida a un mayor número de lenguajes como la obra sobre papel o la fotografía. No obstante, en el mundo del arte se seguía identificando a Estiarte únicamente con la gráfica. Por este motivo, en el año 2010 tomó la decisión de cambiar el nombre por el suyo propio. Nacía la Galería Pilar Sierra. Dos años después se producía otro gran cambio, esta vez físico. La galería se desplazaba de la calle Almagro número 44, donde había permanecido durante las últimas cuatro décadas, a la calle Santa Engracia número 6, lugar que ocupa en la actualidad.
Siempre presentes en ARCO
La feria internacional de arte contemporáneo ARCO celebró su primera edición en 1982. El próximo 25 de febrero cumplirá la número 34. Se pueden contar con los dedos de una mano las galerías que han estado en todas y cada una de sus ediciones ininterrumpidamente. La de Pilar es una de ellas. «Entrar en ARCO es muy interesante porque es realmente donde muestras lo nuevo que han hecho tus artistas, es un escaparate importante donde estás en contacto con las demás galerías», indica. En una época en la que todo se consulta en internet, la gente cada vez tiene menos tiempo para visitar galerías. De ahí la importancia que cobra ARCOmadrid, al ser un espacio en el que los coleccionistas, muchos de ellos extranjeros, pueden acceder a nuevas obras.
Por este motivo, la Galería Pilar Serra apuesta por dedicar su atención a los artistas españoles, ante los problemas que muchas veces tienen para lograr visibilidad fuera de nuestras fronteras. La otra gran apuesta de la galería en ARCO es la novedad. «Siempre procuro llevar lo último que hayan hecho los artistas y no repetir obras que ya hayamos expuesto en otras ferias», sostiene.
A lo largo de todos estos años, Pilar ha contemplado la evolución de la feria como una madre que observa crecer a su hijo desde sus primeros pasos. «Al principio era muy pequeñita y local, con muy poca gente el primer año», afirma. Sin embargo, edición a edición fue afianzándose hasta llegar a convertirse en «una de las fechas más señaladas del calendario porque dinamiza enormemente el mundo del arte contemporáneo».
Para esta edición tiene claro a qué artistas llevar. Algunos son los «fijos», los que nunca pueden faltar a la cita, como José Manuel Ballester o Darío Urzay. Una lista en la que aparecen nombres como Eduardo Nave, Rainer Splitt, Adrián Navarro, Pablo Genovés, Tom Wesselmann o Daniel Verbis, quien se estrena en estas lides y que además estará exponiendo en la galería durante la feria de ARCO. Lo que todavía no está definido son las obras de cada uno de estos artistas. «Muchas de ellas no están ni hechas, estoy hablando con ellos para seleccionar lo que llevaremos», apunta Pilar.
Cuando uno repasa la selección de artistas representados por la galería lo primero que destaca es lo distintos que son los unos de los otros. Desde Miguel Aguirre, figurativo, a Daniel Verbis, abstracto, se aprecian grandes diferencias entre todos ellos. «Procuro que no se parezcan entre sí y que cada uno tenga un espacio propio», afirma Pilar. «Todos ellos me parecen admirables y al final una galería no es un espacio, son los artistas que tienes, son los que hacen una galería». Es consciente de que se puede marchar alguno de ellos, igual que llegan otros, «lo principal es estar muy convencida de tus artistas para poderlos defender». Porque si algo promete Pilar a las personas que ficha es entusiasmo, ganas y el convencimiento por su parte de que las obras que llevan a cabo son buenas.
Nuevos talentos
A la hora de descubrir nuevos artistas a los que representar, Pilar sabe muy bien que no existe una única estrategia a seguir, sino que llegan de formas variadas. Con algunos de ellos, como José Manuel Ballester, la relación viene de hace muchos años porque empezaron con series de gráfica desde el inicio de la propia galería. A otros talentos, sobre todo a los más jóvenes, los descubre en alguna feria o en algún premio en el que hayan podido llegar a ser finalistas, como es el caso de Linarejos Moreno. También hubo un caso de un artista que se acercó con su book y entró directamente a la galería. «Me conquistó absolutamente con lo que me enseñó y de esto hace doce años y seguimos trabajando juntos», recuerda Pilar con una sonrisa.
Respecto a los proyectos de futuro para la galería, Pilar sostiene que su intención es conseguir más intercambios, que sus artistas expongan en galerías de fuera y que artistas de esa galería puedan traer sus obras a nuestro país. «La mirada fuera de España es importante», asegura. En este sentido, también considera que la proyección exterior es muy importante, apuesta por buscar ferias en el extranjero que sean adecuadas a lo que el galerista quiera mostrar.
Hablar con Pilar del estado del arte contemporáneo en nuestro país es de las pocas cosas que le hacen perder su sonrisa. «El IVA nos ha hecho muchísimo daño y realmente somos muy poco competitivos respecto a otros países extranjeros. El país está en crisis, la gente deja de comprar… si sobrevivimos es porque nos hemos adecuado, hemos reducido muchos gastos», indica. Algunas de sus críticas más duras tienen que ver con la falta de ayudas, o sobre una ley de mecenazgo prometida que no ha llegado a ver la luz.
Sin embargo, todas estas adversidades a las que se tiene que enfrentar Pilar no hacen que decaiga lo más mínimo su pasión por el arte. Para la mallorquina suponen un reto más en su trabajo diario.
El «Tetris» del poder
Miguel Aguirre (Lima, 1973) será una de las grandes apuestas de la galería Pilar Serra en ARCOmadrid con la muestra Blancas juegan y ganan. El título de la exposición hace referencia al ajedrez y establece un juego de palabras entre las piezas, la raza blanca y la cierta ventaja que ambas pueden llegar a tener. El artista peruano retrata con sus pinturas al matrimonio Obama visitando al Papa Benedicto XVI, al presidente ruso Vladimir Putin o al disidente chino Liu Xiabo, entre otros. Todos los personajes de esta muestra son vistos por Aguirre como aquellos que manejan las estrategias políticas y económicas mundiales. El formato de sus obras busca que se asemejen a las fichas del videojuego Tetris, que encajan como lo hacen los personajes de su exposición de manera que los movimientos de unos obligan a la reacción de los otros. En cada ficha destaca una parte en concreto, por ejemplo un brazo extendido o el símbolo del papado, obviando todo aquello que no le interesa.