El Lavapiés más coqueto
Las calles del Amparo y Mesón de Paredes son dos centros del negocio de la bisutería enclavados en el corazón del barrio de Lavapiés. A lo largo de estas dos vías, decenas de tiendas venden collares, pendientes, abalorios, marroquinería y bolsos. Son dos calles empinadas y estrechas en las que «se vende al por mayor». Los principales clientes de estas tiendas son vendedores ambulantes y otros comerciantes que compran los productos aquí.
En la tienda de Pancho, quien atiende comenta que «los dueños suelen ser chinos, bengalíes, peruanos e hindúes. Entre los dependientes hay de todo. También hay españoles».
Descendiendo la calle del Amparo, la dependiente de un establecimiento peruano llamado Chavin afirma que «lo más vendido son los collares de semillas». Al parecer son collares que se utilizan para construir otros y son desmontables. «La gente diseña sus propios colgantes a partir de estos». Señala que el dueño del almacén tiene otro en la calle Mesón de Paredes.Menciona a otras dos personas que tienen varios bazares de bisutería en estas dos calles.
En la paralela Mesón de Paredes predominan los puestos de marroquíes, chinos e hindúes y pocos de los encargados quieren hablar. Pero uno de ellos advierte que no les gustan las preguntas sobre el origen de los abalorios ni el tipo de clientes.
Una chica brasileña que atiende en uno de los comercios afirma que «hay muchas tiendas que están cerrando. Aquí solo compran los ambulantes y algún vecino pero pocas veces entra algún turista».
Sin embargo, en unos de los bazares regentados por españoles había dos chicas de aspecto anglosajón que no se entendían con la dueña por la barrera lingüística. Les informó que solo vendían a los clientes habituales, y al preguntarle la razón afirmó que «los clientes deben tener una licencia de venta, aquí solo se despacha al por mayor». Se queja de la escasa actividad de la arteria y de la competencia de «los centros de un polígono de Fuenlabrada donde dominan los chinos».
El nombre del polígono es Cobo Calleja, en la salida 16 de la carretera de Toledo. De ese lugar también habla otro dependiente de la calle del Amparo, un español que dice ser del barrio de toda la vida. Comenta que «no se sabe qué va pasar con todos estos negocios, los clientes se están derivando a Fuenlabrada».