Malasaña

Atrapados a conciencia

Exit/Salida Atrapado en el Museo
Exit/Salida Atrapado en el Museo

No hay instrucciones, solo ingenio. Todo es necesario para avanzar en el juego. El vigilante de un museo encierra por accidente a un grupo en una pequeña habitación y solo disponen de una hora para salir de la misma. Parece de película ¿no? Pero todo es posible en el número 32 de la calle Jesús del Valle, en el corazón del barrio Malasaña. Allí se encuentra «Exit/Salida Atrapado en el Museo», un juego de escape para todos aquellos que busquen un plan alternativo y diferente a los de toda la vida.

Los juegos de rol y lógica en vivo consisten en la representación de unos personajes por parte de los jugadores y se realizan en tiempo real, a veces incluso con un atuendo apropiado. ¿De qué trata concretamente el escapismo? Es una variante del rol en vivo. Los artistas de escape o escapistas tienen que utilizar su astucia para  huir de un encierro físico o de otro tipo de trampas.

Una hora para huir

El coordinador responsable de explicar las reglas del juego encierra a un grupo de entre 3 y 5 personas en un pequeño espacio y entre todos deben resolver acertijos, enigmas y jeroglíficos para poder salir disponiendo de unos 60 minutos. El origen es húngaro y la primera empresa se puso en marcha por primera vez en 2011 en Budapest. El juego se basa en la teoría del profesor de psicología Mihály Csíkszentmihályi, autor del libro «Fluir: La psicología de las experiencias óptimas». Este libro habla de la filosofía del «flow» según la cual las personas deben ser capaces de concentrar toda su atención con el objetivo de disfrutar con una actividad.

Uno de los retos del juego

«Exit/Salida Atrapado en el Museo» es uno de los pioneros de juegos de escape en Madrid. La empresa se inauguró en las navidades del 2013 y durante el primer semestre del 2014 se promocionó en el Centro Cultural Conde Duque. Cambiaron de ubicación a comienzos de 2015. Malasaña siempre es una buena opción.

Un plan para la familia y los amigos

Cuenta Brigitta, responsable del museo, que el perfil de los clientes es muy variado. Cualquier persona puede participar siempre y cuando se forme un grupo. Lo frecuentan amigos, familias, compañeros de trabajo y muchos turistas. Asegura que «el desafío está al alcance de todos». Además, pueden participar niños mayores de 7 años junto a sus padres, un plan diferente para que la familia no caiga en la rutina.

Hoy en día se habla mucho del «Team Building» pero no todo el mundo conoce su significado. Equipo y construcción serían los equivalentes al castellano de estos dos vocablos anglosajones. Se trata de un servicio o actividad contratado por una empresa para mejorar el rendimiento de un equipo de trabajo. Lo más importante para que sea eficaz es que la actividad elegida sea lo más participativa posible y se aleje del entorno habitual de trabajo de ese grupo. «Ofrecemos una actividad ideal para empresas dentro de los programas de «Team Building»: reto, aventura y nuevas experiencias. Crear un equipo de alto rendimiento para la empresa», comenta Brigitta.

¿En que consisten los retos de este juego? «La puerta del museo se cierra y el reloj empieza la cuenta atrás», dice la responsable del museo. Para encontrar el código final hay que utilizar el ingenio y no la fuerza bruta. Las cerraduras, los candados y las pistas tienen soluciones a las que solo se puede llegar ejercitando la mente. Gracias a las cámaras el director de la actividad ayuda a los participantes cuando los ve perdidos y les ofrece consejos.

Adentrarse en el siglo XVII

No se trata de una sala cualquiera. El museo está ambientado en «el pasado de Conde Duque para introducirles en el edificio del siglo XVII y hacerles pasar un momento intenso y vibrante», añade la responsable del local. Aunque el negocio ya no se ubique en el cuartel más famoso de San Bernardo, los clientes viajan en el tiempo hasta 1717, cuando Felipe V ordenó al corregidor de Madrid, el marqués de Vadillo, la construcción de un cuartel funcional y a la vez majestuoso.

Guillermo, profesional del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, opina que «Los juegos de rol son una forma de diversión que supone desarrollar papeles y meterse en un escenario o historia». Según el colegiado, esto de por sí no es malo e incluso puede decirse que aumenta la imaginación, la creatividad y las relaciones entre personas. Añade a su vez que el problema vendría si los jugadores perdieran el sentido de la realidad. Por tanto, los juegos de escapismo podrían considerarse inofensivos y un tipo de espectáculo colectivo.

Vuelta a la infancia

Alicia intentó escapar del museo hace más o menos un mes junto a cuatro amigos. La participante asegura que tanto ella como sus compañeros se sintieron bloqueados en algunos momentos de la huída pero consiguieron su objetivo en el tiempo previsto. «Nos vamos haciendo mayores y perdemos la capacidad de jugar», comenta Alicia. Para ella probar el escapismo le hizo recordar su infancia y «fue algo emocionante». Lo que consigue el escapismo es unir a las personas para llegar a un fin común y demuestra que hay más alternativas de ocio para completar a las que ya se conocen y se han establecido como parte de la rutina.

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