Vicente Vallés, informar desde la honestidad
Hay quienes alcanzan el éxito mediático sin el afán de los focos, sin ese deseo irrefrenable por ser protagonista, con esa humildad que nace de la profesionalidad y la honestidad. Vicente Vallés (Madrid, 1963) es hoy uno de los presentadores de informativos con más prestigio de la televisión española, pero en sus palabras todavía se percibe el tesón y la modestia de quien no necesita un gran reconocimiento para estar satisfecho con su trabajo. Cuando el año pasado recibió el Premio Ondas a mejor presentador, uno de los máximos galardones a los que puede aspirar un periodista, afirmó: «Estoy encantado de la vida, pero muy sorprendido porque ni siquiera sabía que habían propuesto mi candidatura».
En su familia no había periodistas, pero en su casa nunca faltaban los periódicos. Fue así, leyendo los diarios con su padre por las tardes, cuando surgió su deseo de hacer noticias. No dudó cuando tuvo que matricularse en una carrera: Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Ya en el último año de sus estudios, comenzó a trabajar como becario en la cadena SER, donde, después de un verano en prácticas, le ofrecieron formar parte de un nuevo programa: Hoy por Hoy, capitaneado entonces por Iñaki Gabilondo.
Fue en la radio, un medio que no ha abandonado (compagina su trabajo de presentador en Antena 3 con el de colaborador en Onda Cero), donde se realizó como periodista: «El día que me sentí periodista fue la primera vez que me tocó hacer un directo para la radio. Fue completamente inesperado y cuando terminé no me paraban de temblar las rodillas», cuenta.
El salto a la televisión le llegó en 1987 en TVE a través del periodismo deportivo, un género no dominaba pero que le obligó a crecer «mucho y muy rápido». «Fue una época para cometer errores y aprender», recuerda. Desde entonces, ha trabajado para Telemadrid, Telecinco, Canal 24 horas y, finalmente, Antena 3, donde a día de hoy dirige y presenta los informativos de la noche. Su participación como moderador en el debate a cuatro por la presidencia de España que se realizó el pasado año y su cobertura y análisis de las elecciones estadounidenses lo han convertido en un referente informativo de primer orden.
Vallés pertenece a una generación que ha vivido la transición de lo análogico a lo digital, una transformación que en el ámbito de la comunicación ha sido tan traumática como enriquecedora. Lejos de caer en el descrédito de las tecnologías, en el cualquier tiempo pasado fue mejor, Vallés defiende la necesidad de adaptarse a los nuevos entornos, de explotar las nuevas herramientas que los periodistas tenemos a nuestro alcance y que exigen los grandes principios de siempre: «Comunicar bien para que todo el mundo lo entienda». Y, por supuesto, con honestidad, un valor que defiende por encima de todos: «Más que con objetividad, que es algo que nunca se alcanza, hay que trabajar con honestidad».