«¿Me puede cortar el pelo Rodolfo?»
Aquellos que se mueven por el Paseo de la Habana, tienen la opción de poder elegir entre dos peluquerías. Los 30 metros de distancia entre ellas separan mucho más: 10 años trabajando en Marco Aldany frente a Rodolfo Villalibre, su nuevo salón.
Rodolfo Cordero tiene 38 años, y desde que acabó COU trabaja en el sector de la peluquería. Afrontó la mayoría de edad adentrándose en el mundo laboral, y asegura que es ahora cuando se siente con más fuerza porque le apasiona lo que hace. «Yo, es que desde pequeñito me quedaba mirando a los escaparates de las peluquerías, ni siquiera al de los juguetes», confiesa entre risas.
A lo largo de su trayectoria, ha pasado por diversos centros particulares y cadenas, pero ha sido en la última, Marco Aldany, donde Rodolfo ha estado más tiempo. Allí, ha hecho toda su clientela, gente que iba a la franquicia solo por él. « ¿Me puede cortar Rodolfo? Y me decían: No, porque está muy liado. Y nada, te ibas», así nos lo cuenta su clienta Laura Ezquerra.
Y es precisamente este establecimiento el que se encuentra a tan solo 30 metros. «A la gente no le supone ningún cambio logístico. Le ofreces un mejor servicio porque das citas y le guardas la vez, le ofreces un café, y encima le puedes hacer un trabajo más personalizado y al mismo precio» Rodolfo no siente ningún reparo por haberse dado esta situación, de hecho, ha estado esperando a encontrar algo cerca a propósito. «Es la mejor zona de Madrid. Yo he trabajado en todo Madrid y no hay nada como el Paseo de la Habana, nada»
Es muy pronto para hacer balance, porque ha cumplido un mes hace unos días. El 22 de septiembre fue el día en que inauguró Rodolfo Villalibre, y desde entonces lo único que sabe es que no ha parado ni un solo momento. Su salón unisex cuenta con un horario bastante flexible, ya que abre todos los días entre semana de 8h de la mañana a las 21h de la noche, y los sábados en turno de mañana, hasta las 15h.
Sin embargo, hay días puntuales en los que se salta esas horas en favor de su clientela. El pasado martes día 31 de octubre, no fue una jornada normal de trabajo, ya que terminaba a las 22.07h. Al día siguiente era festivo y no pretendía dejar a nadie sin cita. «Yo ya no tenía hueco para coger a Claudia, pero es mi clienta, la quiero mucho, y no la iba a dejar sin peinar», afirma convincentemente.
Con este gesto demuestra que está entregado a su nuevo proyecto y a su gente, aunque nos confiesa que eso ya lo había hecho estando en otro salón. «Yo lo veía desaprovechado en Marco Aldany porque es un tío que tiene un montón de talento con los negocios, sabe llevar a su gente, a la clientela, cuidarla, prepararla, tiene detalles, es un tío que está muy preparado», afirma Carlos Carlderón.
Carlos y Rodolfo se conocieron en 2010, mientras el peluquero trabajaba en la susodicha cadena, y lo que empezó siendo una relación entre trabajador y cliente, es hoy una amistad. Es más, podría decirse que llevan el negocio a medias.
Carlos se dedica al tema de la informática y aunque no trabaje para la firma Rodolfo Villalibre, se ha encargado de ponerle a punto todo el equipo y el aparato WiFi. Es la persona que le lleva las distintas redes sociales y la publicación en Google. Además, también le ahorra tiempo de organización, ya que es quien le pide todos los productos
LA ELECCIÓN DEL NOMBRE
Él se llama Rodolfo Cordero, y el salón se llama Rodolfo Villalibre. Nada se oculta detrás de todo esto. No se trata de una cuestión de marketing, simplemente una decisión personal.
Rodolfo, aunque ha nacido y vivido siempre en Madrid, desciende de la pequeña aldea leonesa Villalibre. Le gusta su pueblo, y dice sentirse muy fan de él. Fue su abuela quien le hizo enamorarse de esta tierra, y es el mismo sentimiento que quiere transmitir a su pequeño de 3 años. «Conectar con el monte, ver un cordero recién nacido, o ver nacer un pollo de un huevo…mi hijo ya ha visto todo eso», dice con una amplia sonrisa.
De aquí, nace el nombre de su firma. Una manera de unir sus dos pasiones: la peluquería y su pueblo. Faltaría la tercera pata del trípode que sostiene su vida: su hijo. «Si no tuviera un niño, seguramente no hubiera montado nada, porque con lo que ganaba allí me daba para vivir bien», nos confiesa.
Una mezcla de sentimientos encontrados abordaba al estilista hace un tiempo: ser padre separado, tener una clientela que le estaba siendo fiel desde hace 10 años, y haber encontrado un local en la zona que quería. Todo se dio para que hace un mes pudiera embarcarse en esta aventura: «Nunca se sabe cuándo es el momento adecuado, así que cuando te pase el tren por la puerta…cógelo»
Centrado en el día a día, ahora mismo no contempla seguir abriendo más locales. De mano de su amiga y compañera de trabajo Bárbara, está cómodo en el Paseo de la Habana. Simplemente le quedaría reajustar su horario para que le dé tiempo a llevar a su hijo al colegio: «Tengo que adaptar un horario a mi vida, no mi vida a este horario»
EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA
Si extrapolamos el caso de Rodolfo a la estadística nacional, las cifras respaldan su decisión. La tasa de creación emprendedora aumentó un 5,7% en España el año pasado respecto a 2015. De hecho, según un estudio sobre Demografía Empresarial, publicado por INFORMA D&B el año pasado, fueron un total de 48.019 empresas las que se constituyeron en el primer semestre, lo que supuso un 13% más que en 2015.
Si nos fijamos en la edad, la media estaría en 29,7 años. Es una cifra aproximada ya que se trata de la edad en la que crean su primera empresa; sin embargo, comienzan a planteárselo un poquito antes, a los 27,6 años, según datos del informe GEM.
Finalmente, en cuanto a la ubicación, la tasa de emprendimiento per cápita de Madrid es del 3,11%. De hecho, la capital de España es la comunidad líder en emprendimiento del país, según Axesor.
Solo espero poder colaborar con el en un futuro. La mezcla de conocimientos haria aumentar la rentabilidad del proyecto aun más. Crear equipo con profesionales que fomentan la cohesion es garantia de exito para el negocio.
En un futuro espero poder colaborar con Rodolfo en reciete aventura. Ya lo himos en el pasado, y creo que la cohesion en lo que respecta a la profesionalidad es garantia de exito para cualquier negocio.
Yo soy una de las que siempre ha cortado el pelo con Rodolfo. Y mi marido. Y mis hijos.
Es un GRAN profesional y una persona encantadora.
Se cambió y yo me cambié con él. Nosotros nos cambiámos con él.
Es un crack.
Le deseo todo lo mejor