El hambre une religiones en una iglesia de Vallecas
Carmen acude cada viernes junto a su nieto a la iglesia de San Ramón Nonato ubicada a los pies del Puente de Vallecas. La parroquia le ofrece una bolsa de alimentos provenientes de la caridad. Llegó a España hace más de un año arriesgándolo todo junto a su familia bajo la condición de ilegal. «No es mucho lo que nos dan pero ayuda», dice la boliviana. «Esto es lo que me toca porque soy muy vieja y no tengo papeles, aunque no pierdo la esperanza», agrega con una sonrisa en el rostro.
Como ella, al menos otras mil personas acuden semanalmente a este santuario católico para recibir una ayuda. Todos de diferentes nacionalidades y credos e incluso con preferencias sexuales distintas pero con algo en común: la necesidad y el hambre. Durante la espera nadie habla sobre el tema religioso. Eso sí, de vez en cuando alguien sale del lugar dando gracias a Dios.
«Está muy bien. Pero, pregúntales si van a la iglesia después de recibir la comida que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos o si lo agradecen. Dejan todo esto sucio», manifiesta Fabio Aravena, habitante del barrio. Un comentario frecuente entre otros vecinos que no critican la labor de la iglesia sino del Estado indicando que «permiten demasiado».
Critica a la que responde Alberto Martínez, presidente de la Obra Social y Familiar Beato Álvaro del Portillo: «¿Qué pasa una prostituta, un homosexual o un musulmán no necesita comer? Pues sí. ¿Qué no viene luego a la iglesia o que no comulga con nosotros? ¡Hombre! pero es que hay católicos que solo vienen cuatro veces en su vida. Vienen por bautizo, comunión, matrimonio y cuando mueren.». El colaborador destaca que a todas esas personas que solicitan «esto “que es tan solo una limosna” se les hace una visita para controlar el beneficio que cabe destacar “no lo ofrece solamente la Comunidad de Madrid” hay quienes no critican tanto y aportan desde un punto de vista social sin prejuicios, sin racismo», declara.
No podemos elegir a nuestros vecinos
Dlenendra, huyó de Bangladesh por causas religiosas y políticas, él cuenta que llego a España hace cuatro años. «Tocaba puertas ofreciendo mercancías y nadie me abría y cuando abrían me cerraban en la cara o me decían ¡vete a tu país, musulmán! Y soy hindú».
Como Dlenedra otros 88.867 inmigrantes llegaron a territorio español en 2016 para incluirse de facto en la sociedad, lo que representará para el país en poco tiempo un giro cultural. Así lo demuestran las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas en su informe Cifras de Población a 1 de enero de 2017.
Manuel Quiroz, licenciado en Sociología de la Universidad Central de Venezuela explica que «lo más difícil de un ser humano es encajar en un universo culturalmente dividido. Quiroz, expone que «el hombre se topa con comportamientos que pueden ser flexibles y sumisos o rígidos y radicales pero todo ese conjunto está mal ligado a la violencia».
En este sentido el pastor de la iglesia Cristiana Bautista de Vallecas, José Manuel Cabrero, afirma que la educación es muy importante para cultivar la cultura religiosa. «La gente me ha recordado a mi madre, han insultado a Dios cuando he repartido algún tratado y esto ocurre mucho aquí en Vallecas que es un pueblo obrero y un lugar republicano en donde la Guerra Civil hizo bastante daño. Casi todo el mundo es ateo y suelen ser muy ignorantes de los temas religiosos», comenta.
Tiempo para Dios
«Si tú caminas por las iglesias de Vallecas un domingo, verás que la mayoría están medio vacías. Sin embargo, si comparamos a Vallecas con otras comunidades te diré que es la que mas movimiento religioso tiene. Aquí viven muchas personas hispanas que traen la fe viva o vienen muchos judíos y musulmanes incluso hindúes que no viven un día apartados de la fe, pero dales unos diez años para que veas cómo cambian», asegura el presidente de la Obra Social y Familiar Beato Álvaro del Portillo.
El Observatorio del Laicismo y el Centro de Investigaciones Sociológicas, opinan que esto se debe a la política gubernamental, «una política discriminatoria que vulnera la libertad de conciencia de la cuarta parte de la población». En su serie estadística sobre Convicciones y Creencias 2017 demuestran cómo ha disminuido la religiosidad en España.
Esa discriminación se traduce por ejemplo en la atención que reciben los creyentes. «Hay iglesias que solo abren a la hora de misa y el resto del tiempo están cerradas. La culpa de esto la tiene la misma iglesia. Los católicos van a confesarse y en ciertas iglesias no hay ni una persona que los reciba. Debemos dedicarnos no solo a lo espiritual sino a lo social. Hay que salir fuera de las iglesias ir más allá de los límites para tener más posibilidades de interesar a los ciudadanos», agrega Martínez.
Para el pastor José, la figura de Dios pareciera difuminarse con el paso del tiempo. «Los conflictos que las religiones han creado y que crean actualmente son muy preocupantes. No somos quienes para oprimir a la gente con la forma de pensar de otro, eso es anti bíblico, buscar a Cristo es voluntario. Hay cuestiones adoctrinales que crean violencia y rechazo a las religiones». Las formas en que las personas se conectan con Dios son diferentes, cada cual puede verlo y sentirlo de muchas maneras. Su concepto universal no desaparece del mundo. Pero, ¿sobrevivirá Dios ante este aparente olvido y violencia religiosa?
Intelectuales y estudiosos aseguran que mucho antes de que profetas como Moisés, Buda, Mahoma, Alá y Jesús sintieran a Dios, ya se buscaba esta respuesta que aún continua sin responder. Pero hay quienes sostienen que el rencor y el odio es lo único que pone en riesgo la existencia de Dios.
Un trabajo publicado por la revista The Science of Religion and non Belief (Ephiphenom) explica que de manera individual, las personas religiosas son más racistas que las no religiosas y aunque las principales religiones del mundo coinciden en predicar la tolerancia racial el punto anterior continua siendo el mayor reto.
«Llevo casi ocho años viviendo aquí en Vallecas y es curioso que todavía en el mismo lugar donde vivo nos critican. Ridiculizan tus creencias, pero estar cerca de Alá te hace más fuerte. En el islam estamos muy unidos con él», comenta Zeynep Altatari.
Otra perspectiva ofrece Alberto Martínez, que cuenta que hace unos meses en Vallecas, a la inauguración de un comedor social acudió el arzobispo para bendecirlo, muchas mujeres musulmanas se acercaron y lo abrazaron, le regalaron un Corán de forma coloquial, sin ningún tipo de animadversión. «Dios nos ama a todos», concluye.
El mejor antídoto es la fe
Entender el racismo no es tan difícil como parece. Mike Arroyo, músico y pastor de la iglesia Breñas Community en Vega Alta de Puerto Rico, explica que el racismo es como una hierba mala que todos los ciudadanos deben cortar para que no crezca como un árbol. «Tenemos una responsabilidad con nuestros hermanos y con las generaciones que nos siguen. Dejar entrar a Dios en tu corazón es el mejor herbicida. En Romanos, capitulo 211, Pablo nos dice en un versículo muy corto lo siguiente: “Porque con Dios no hay favoritismos y la versión del 60 dice porque no hay acepción de personas para Dios», cita.
Katherine Landivar, una joven hispana, entrega su punto de vista: «yo crecí en un hogar con múltiples religiones, mi abuelo era católico, mi tía era cristiana evangélica, mi tío judío. Yo no critico a los demás su manera de pensar, eso me hace buscar más sobre quién es Dios», comenta.
El respeto a la libertad religiosa no es exclusivo de un solo credo. Todos convergen en la solidaridad frente al prójimo. «Mira esta cola, hay todo tipo de personas, la mayoría viene por la miseria. Cuando estás en una situación como esta no importa la religión», destaca Carmen, para quien la grandeza de Dios es «la calidad humana».