«El abogado de oficio debe luchar contra la condena social pública»
Silencioso, alejado de los medios de comunicación. Así es el trabajo que desempeñan los abogados del turno de oficio. Una labor en la sombra que garantiza el derecho a una defensa a todo ciudadano con un proceso judicial abierto en España. Violadores, asesinos, pederastas… Estos son los típicos perfiles, entre muchos otros, que engrosan su lista de representados. Por obligación, pero especialmente por vocación. Aquel que entra al turno de oficio sabe a lo que se expone.
Cristóbal Sitjar es uno de ellos. El abogado del pederasta de Ciudad Lineal (Antonio Ortiz), condenado ya en firme a 70 años de prisión, es muy crítico con la sentencia del Tribunal Supremo pero no es hombre de prender la mecha en la prensa. Igual que tantos otros compañeros suyos del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). La voz autorizada que aúna el pensamiento de los letrados del turno de oficio de la capital española no es otra que Marisol Cuevas, directora de este departamento. Esta conversa con Madrilánea en una entrevista que supone una oda al trabajo de «sus abogados» con un aviso claro a los medios de comunicación: «No nos gusta que el asunto que estemos llevando sea seguido por los medios ni ser perseguidos por los periodistas. Eso interrumpe mucho el trabajo del abogado».
—¿Cómo reciben en el turno de oficio que el Tribunal Supremo haya alabado la labor de uno de sus abogados, en este caso de Cristóbal Sitjar como letrado de Antonio Ortiz?
—Es un orgullo para nuestro Colegio y para todos los abogados de oficio que prestan servicio a los ciudadanos.
—¿Está mal valorada la actuación de este tipo de abogados?
—Su inmensa labor no es conocida, y por tanto no muy reconocida. Los ciudadanos que han usado los servicios del turno de oficio están contentos, han tenido un buen trato y una buena atención. Y si les preguntamos a ellos tendríamos una valoración positiva de los abogados de oficio
—El caso del pederasta de Ciudad Lineal es una excepción entre los miles de procesos penales que se desarrollan en España al año. ¿Por qué considera que ha tenido tanta repercusión?
—Es un asunto muy mediático y muy complicado jurídicamente. Muy voluminoso. El abogado estaba trabajando en silencio sin que se conociera prácticamente su nombre. Ha trabajado muchísimo analizando paso a paso todo. Se le ha reconocido su labor públicamente en una sentencia. Nos enorgullece a todos.
—¿Es habitual que un abogado de oficio se implique tanto en la defensa de un caso? Tan solo hay que ver el extenso recurso de casación (más de 200 páginas) que elaboró el letrado del pederasta de Ciudad Lineal
—Los abogados de oficio trabajan todos con mucha dedicación. Pero este caso ha sido especial. No todos los casos tienen la misma alarma social, no están todos los días en las noticias… Los 100.000 asuntos que los abogados de Madrid defienden no están en la televisión a diario.
—Pese a que Cristóbal Sitjar contaba ya con experiencia ejerciendo la abogacía, debió ser difícil defender a alguien así. ¿Cómo se asiste a una persona imputada primero y luego acusada y condenada por delitos tan graves?
—El abogado no defiende los hechos del detenido sino que todos sus derechos sean respetados. El derecho de defensa, a la tutela judicial efectiva, a ser escuchado, a no declarar… En definitiva, que el proceso siga con todas las garantías.
—¿Cómo se prepara un abogado para defender, por ejemplo, al pederasta de Ciudad Lineal?
—Desde el inicio de la carrera de Derecho y la formación que a lo largo de los años obtienen. Este abogado tiene una experiencia de más de 30 años en el ejercicio de la profesión. Las prácticas ya se las sabe. Se aprende en el estudio teórico y también en la práctica, sobretodo en la práctica.
—¿Es posible confiar en un representado sobre el que pesan delitos de tanta envergadura?
—Hay que hacer un estudio de las actuaciones y las pruebas contra ellos más que confiar. La relación abogado-cliente es fundamental. En estos casos la confianza es un poco más complicado de adquirir pero se logra con el tiempo.
—¿Se dejan de lado otros casos para atender asuntos tan mediáticos como el del pederasta de Ciudad Lineal?
—Estoy segura de que ha perdido muchas horas de sueño y de ocio de estar con su familia más que dejar de lado otros casos.
—Casos como el del pederasta de Ciudad Lineal han sido desde su inicio muy mediáticos…
—Son así porque se juzgan hechos muy graves. Los abogados trabajan con el cliente. Pero no están acostumbrados ni quieren interrupciones de los medios de comunicación. A los letrados en general no les gusta que el asunto que están llevando sea seguido por los medios ni ser perseguidos por los periodistas. Eso interrumpe mucho su trabajo, les desconcentra sobre lo que tienen que hacer. Además son asuntos en los que el ciudadano está condenado de antemano y el abogado debe luchar también contra ello, la pena pública que se ha hecho de ese ciudadano. Es muy complicado luchar contra ello.
—¿Cómo podría combatirse esa condena social previa?
—Es muy difícil. Quizá en eso es en lo que están menos formados los abogados.
—En el caso que le tocó asumir a Cristóbal Sitjar, ¿que fuera un juicio mediático lo convirtió en una de sus principales dificultades?
—Una de las dificultades importantes ha sido esa. Pero ello no quiere decir que de otra manera el resultado hubiese sido distinto. Que los medios estén encima del abogado preguntándole no facilita las cosas y la condena social tampoco.
—Como dice, hay una gran cantidad de casos pero, ¿cómo se asignan entre los apuntados al turno de oficio?
—Los asuntos se atienden desde la guardia de 24 horas que los abogados de oficio realizan los 365 días al año. Se les asignan guardias por días y les corresponden las detenciones que nos comunican de los centros de detención y los juzgados. Luego asume la defensa en todo el procedimiento judicial que continúa.
—¿Resulta sencillo renunciar a una defensa?
—Es posible pero muy excepcional. El turno de oficio en Madrid está muy especializado. Los abogados cuando se dan de alta en este turno específico ya conocen qué tipo de procedimientos les pueden corresponder. Requieren años de ejercicio, que acrediten experiencia profesional, formación muy especializada… Ya saben que los que eligen estos turnos, tratan asuntos como este.
—¿Qué capacidades y habilidades se requieren en un abogado de oficio para afrontar estos casos?
—Mucha formación y mucha vocación. Mucho creer en lo que hace.
—La vocación es como un mantra que repiten en el turno de oficio. ¿Es realmente tan vocacional?
—Tanto el turno de oficio como el ejercicio de la profesión de abogado. Es lo que hace que el letrado defienda los derechos de los ciudadanos.
—¿La preparación de la defensa es la misma en todos los supuestos?
—Sí, la misma. Porque la defensa se prepara basada en las pruebas.
—Imagino que espera de todos «sus» abogados la misma dedicación que le puso el letrado que defendió al pederasta de Ciudad Lineal
—Por supuesto, no puede ser de otra manera. Estoy segura de que la mayoría tienen la misma dedicación. En asuntos menos complejos y mediáticos, pero la tienen.
—¿Y qué les pediría entonces como directora del turno de oficio?
—Profesionalidad y un trabajo excelente.