Las horas muertas de La Princesa: una noche en Urgencias
Sergio Ruíz Martínez, diríjase a la consulta tres. Miguel Ángel Román, preséntese en la puerta de Urgencias. Familia de Jesús Cámara pasen por la puerta del consultorio cuatro. Eso es lo que se escucha por los parlantes a la una de la mañana, un martes cualquiera de abril en la sala de espera de Urgencias del Hospital La Princesa.
En la sala, unas 50 personas entre pacientes y acompañantes esperan su turno. Mientras tanto, el único televisor del lugar transmite un documental sobre los ejercicios militares de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. No tiene volumen. Nadie le presta atención. En cambio, intentan amoldarse a las rígidas sillas azules alineadas perfectamente como el ejército alemán que presenta la televisión.
Sergio López, de 28 años, llegó al Hospital sobre las 5 de la tarde por un inusual dolor abdominal. En la consulta de Triaje la enfermera le tomó la temperatura y la tensión; y le preguntó sobre sus síntomas para apuntarlos en su historia médica.
–Tuve una lesión hace tres días jugando fútbol y, desde entonces, me he estado tomando antiinflamatorios. Pero no aguanto el dolor en el estómago, comentó López.
–Es muy probable que tengas ese dolor por un exceso de medicamento. Vamos a hacerte una analítica, a ponerte la vía para suministrarte un protector gástrico y te mandaré a hacer una radiografía en la zona abdominal, explicó detalladamente la enfermera.
Después de ocho horas, el joven esperaba el alta para irse a casa. «La sanidad es buena, pero es muy lenta», asegura López. A su lado se encuentra Ahmed, un marroquí que también señala la tardanza de los médicos entre cada consulta. De hecho, en una oportunidad dejó su turno y se fue a casa. Según el portal digital del Hospital Universitario el tiempo medio de atención en Urgencias es de tres horas y media.
La guardia le corresponde a los dos adjuntos de Urgencias junto a los médicos residentes de primer año (R1). Sus turnos comienzan a las 3 de la tarde y acaban a las 8 de la mañana del día siguiente. Maialen Gutiérrez, de 26 años, cumplió recientemente su primer año de guardias en el centro sanitario y comenta que La Princesa entra en la lista de los hospitales más grande de la Comunidad de Madrid. «La verdad es que es un poco caótico, pero hay días y días. Hoy ha habido bastante gente, han llegado muchas personas mayores en ambulancia», dice la R1.
El Hospital presta asistencia aproximadamente a 100.000 pacientes al año. Un total de entre 250 y 300 personas al día que se distribuyen en dos áreas: la médica y la quirúrgica. Gutiérrez afirma que el congestionamiento de Urgencias se debe a la gran cantidad de personas que asisten por molestias o dolores simples como un dolor de cabeza. Además señala que la prioridad en la atención va establecida por una escala ascendente de colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y negro. «El color negro se trata de situaciones que no corresponden al servicio de emergencia y se le dice al paciente que no se le va a atender», concluye.
«El objetivo de los colores es identificar la prioridad de los casos. Los enfermos críticos son identificables», dice una de las adjuntas. Recuerda que la peor situación en la que ha estado fue presenciar la muerte de una persona ingresada por un ictus, algo que le resultó «muy impactante» por ser la primera vez.
A lo lejos, se escucha a una señora pedir una ambulancia para ser trasladada de vuelta a su casa. Son ya las 2 de la mañana.
–Señora, podemos llamar a la ambulancia, sin embargo, esta tardará entre una y dos horas en llegar, aseguró el joven a través de la ventanilla de información.
–¿Pero no es posible que venga antes? Mire yo vivo en Manuel Becerra, no tarda nada, dijo la mujer.
–Tenemos una sola ambulancia para este sector y está haciendo la ronda, explicó.
Mientras tanto, María Rodríguez, de 24 años, se fuma un cigarro para bajar la adrenalina, aunque no debería. El 16 de mayo será la quinta vez que la operen con Colangio Pancreatografía Retrógrada Endoscópica (CPRE), un método que se utiliza para tratar cálculos y conductos biliares. Hace un año llegó a Urgencias con un fuerte dolor abdominal. «El diagnóstico iba variando con las horas: primero tenía la vesícula llena de piedras, después era en la vía biliar, luego tenía los conductos obstruidos así que me operarían de emergencia esa misma noche, al final no pudieron hacerlo porque estaba inflamada la zona así que esperarían unos días», narra.
Rodríguez lleva desde hace un año luchando con un problema de salud que no desaparece. Su principal inconveniente es que los médicos no se han asegurado de eliminar por completo las piedras de la vía biliar. «Yo entiendo que están cortos con el presupuesto y que no pueden derrochar en pruebas, pero en mi caso se hubiese solucionado con una ecografía, un scanner o algo en el que se asegurasen que me iba del Hospital sin piedras», lamenta la joven.
Anualmente se realizan 32.000 análisis de sangre y casi 50.000 estudios radiológicos en el área de Urgencias. Se habla de al menos 88 analíticas y 137 radiografías diarias. Redactar un informe de alta requiere entre 20 y 30 minutos en función de la complejidad del diagnostico del paciente, indica la página digital del centro de salud.
Eran las 3 de la mañana. La ambulancia que pidió la señora aún no había llegado. Los pacientes en estado de duermevela cabeceaban en sus puestos. Los jóvenes hacían cola para cargar sus móviles en los pocos enchufes disponibles. Al final todos estaban seguros que sería una noche muy larga.