La distribución de contenedores de orgánica: a más residuos, menos cubos
Autores: Marcos Torres y Belén García-Pozuelo
Noviembre de 2017. Las calles de 17 barrios de Madrid lucían con un nuevo contenedor, el de tapa marrón. Los residuos que antes se depositaban en el cubo de resto, tapa naranja, se comenzaron a recoger de manera fraccionada: por un lado, el contenido reciclable (orgánica) y, por otro, el no reciclable (resto). De forma progresiva, en la vía pública de barrios y distritos, y también en comunidades de vecinos, se empezaron a implantar más contenedores de residuos orgánicos, pero de un modo desigual.
Mientras que en el distrito de Chamberí hay un contenedor marrón por cada 9.993 habitantes, en La Latina hay uno por 1.298, según cálculos realizados a partir del Portal de transparencia del Ayuntamiento y del Padrón Municipal de Habitantes. Pero esta no es la única disparidad dentro de Madrid. Los resultados sobre la cantidad de residuos reciclados han provocado que la Comisión Europea pusiera la atención sobre el cubo doméstico de los ciudadanos españoles que, en su totalidad, no saben qué hay que depositar en el quinto contenedor. Ante esta situación se abre la posibilidad de que la capital tenga que modificar a contrarreloj la distribución de los cubos de orgánica.
Como se puede observar en el mapa interactivo, también elaborado a partir de los datos del Portal de Transparencia del Ayuntamiento de Madrid y del Padrón Municipal de Habitantes, el reparto no se ha realizado en base a la densidad de población. Aunque Chamberí es el distrito con más habitantes por kilómetro cuadrado, 29.832, dispone de 14 cubos de tapa marrón, según las últimas cifras publicadas donde no incluyen el último trimestre de 2018. En cambio, en Fuencarral–El Pardo, el distrito de menor densidad de población con 1.013 hab/km², hay un total de 25.
En esta circunscripción del norte de la capital se instalarán más contenedores de residuos orgánicos, sin embargo, en Chamberí previsiblemente no. «Entre octubre y diciembre de 2018 se extendieron a la totalidad de 12 distritos de la ciudad, en Chamberí se empezó en el barrio de Vallehermoso, con un proyecto piloto en 2017, y ahora se ha extendido a todo el distrito», afirma Ramón Linaza Iglesias, miembro de EQUO y consejero de Medioambiente del Ayuntamiento de Madrid. «En principio no se implantarán más contenedores en los distritos que ya hay», desvela para Madrilánea, «puede haber pequeños ajustes porque sean insuficientes o excesivos y se ha hecho un despliegue con las pequeñas modificaciones que pueda haber, más que de capacidad, de ubicación».
Los 12 distritos en los que, previsiblemente, no se instalarán más contenedores:
Hortaleza, Chamberí, Villa de Vallecas, Puente de Vallecas, Vicálvaro, Moncloa–Aravaca, San Blas–Canillejas, Arganzuela, Ciudad Lineal, Villaverde, Latina, Tetuán
En la localización es donde justamente se produce un despunte en la cantidad de contenedores en los distritos donde, «en principio», no se instalarán más: sus ubicaciones, como se puede comprobar en el mapa superior, revelan una diferencia del 53% entre los dos lugares de la capital con más cubos de orgánica, La Latina (184) y Hortaleza (98). Una desigualdad que aumenta progresivamente si se compara con Tetuán, donde hay 72 contenedores, Moncloa–Aravaca (61), Puente de Vallecas (48), Chamberí (14), Villa de Vallecas (4) y Vicálvaro (1). En el penúltimo distrito mencionado hay casi un 98% menos de contenedores que en La Latina. La cantidad de cubos de orgánico de las cuatro circunscripciones restantes (San Blas–Canillejas, Ciudad Lineal, Arganzuela y Villaverde) no están disponibles en la base de datos del Portal de Transparencia al haberse implantado entre octubre y diciembre de 2018.
Según los datos analizados en Madrilánea, que engloban los referentes a noviembre y diciembre 2017 y los nueve primeros meses de 2018, hay un total de 512 cubos de tapa marrón repartidos entre los diferentes distritos de Madrid. El número de contenedores de basura orgánica instalados en la capital forma parte del plan de gestión de residuos de todo el país, una estrategia que ya ha despertado el recelo de Bruselas. El «riesgo de que no se cumpla el objetivo» de reciclar y reutilizar el 50% de los residuos generados pesa sobre España y 13 países miembros, alerta la Comisión Europea en un informe de septiembre de 2018.
El contenedor de orgánica se llena de dudas europeas
Todo comenzó en noviembre de 2017 cuando, mediante un proyecto piloto, se implantaron cubos de residuos orgánicos en 17 barrios. «Se eligieron estos ámbitos para disponer de distintas tipologías, tanto en cuanto al sistema de recogida como a la tipología socioeconómica de los distintos puntos», afirma el consejero de Medioambiente del Ayuntamiento, Ramón Linaza Iglesias.
Desde entonces, ha habido avances en la recogida de la fracción de residuos orgánicos: en 2018 se cubrieron 12 de los 21 distritos que forman la ciudad y, en 2019, está previsto que se implanten en los que no disponen de ningún contenedor de orgánico (Barajas, Moratalaz, Retiro, Salamanca, Chamartín y Carabanchel). Además, se reforzará el servicio en Usera, Fuencarral–El Pardo y en el distrito Centro, pero el plazo ya es de menos de un año.
Si Madrid y el resto de ciudades españolas quieren cumplir con el artículo 11 de la Normativa Europea, para 2020 deberán reciclar y reutilizar el 50% de los residuos que generen. «Ese es el objetivo de la estrategia de prevención y recogida de residuos, en particular de la orgánica», dice Ramón Linaza Iglesias, «es muy importante porque la orgánica es prácticamente el 50% del cubo de basura doméstico y el 37% de la totalidad de los residuos de la ciudad».
El miembro del partido político ecologista EQUO prefiere no pronunciarse sobre si Madrid cumplirá con la Ley Europea y, aunque hace una «valoración muy positiva» de los resultados obtenidos sobre el reciclaje de la fracción orgánica, también se muestra crítico: «Hay información y si la gente se toma la molestia de verla pues sabrá hacerlo, pero como cualquier cambio cultural lleva un tiempo hasta que todo el mundo se acostumbra a esta forma de separar el residuo».
Es el caso de Trinidad, una mujer de avanzada edad del distrito de San Blas. «Han complicado mucho el reciclaje», lamenta, «vamos a necesitar una carrera para hacerlo bien porque yo sigo haciéndolo como antes, no sé qué hay que echar al contenedor marrón». A pesar de la campaña informativa del Ayuntamiento de Madrid, no todos los ciudadanos conocen cuál es la diferencia entre el contenedor de tapa naranja (el de resto) y el de tapa marrón (de orgánica). «Tendré que pedirle a mi hija que me escriba en un papel qué basura va al cubo marrón», es el truco que ha pensado Trinidad para separar bien los residuos.
En San Blas–Canillejas hay contenedores de calle y en comunidades de vecinos, pero el contenedor con llave que se instaló en el barrio Apóstol Santiago, en el distrito de Hortaleza, no ha llegado a ninguna circunscripción más. Fue un proyecto piloto «que en principio no está previsto extender porque no tuvo éxito», reconoce Ramón Linaza Iglesias, quien no descarta la posibilidad de que en un futuro se puedan instalar en otros distritos. «Este modelo tiene sus ventajas e inconvenientes, cuando es una población muy concienciada y muy participativa, funciona bien», sostiene. «En Madrid estamos todavía con una cultura poco desarrollada, el problema del contenedor con llave es cuando no se molestan en abrirlo y dejan la basura en el suelo o en otros contenedores», concluye el consejero.
Con este modelo se pretendía recoger unos residuos orgánicos de mejor calidad, más puros, sin importar tanto la cantidad. Pero en este factor reside otra cuestión. Si hay distritos que han generado más toneladas de residuos de resto y, por lo tanto, se puede obtener una mayor cantidad de orgánica, ¿los contenedores se han distribuido siguiendo esta premisa?
Contenedores de orgánica en los distritos que se recicla menos residuos de resto
El análisis de los datos referentes a la cantidad de residuos de orgánica reciclados en los contenedores de tapa marrón, entre noviembre y diciembre de 2017 (meses en los que se comenzaron a instalar los cubos) y de enero a septiembre de 2018, muestra que hubo un total de 18.018 millones de toneladas de dicha fracción de basura. También según las cifras disponibles en el Portal del Ayuntamiento de Madrid, con la extensión del contenedor de orgánica a otros distritos y con la implantación de más en las circunscripciones que ya había, el reciclaje aumentó, en 2018, algo más del 88% con respecto al año anterior.
Desde enero hasta octubre de 2017, antes de que se comenzara a separar la fracción de resto de la de orgánica, se recogieron 786.254 millones de toneladas de residuos del contenedor naranja. La cantidad de basura de este cubo, en la que se incluye la de orgánica, procedieron principalmente del distrito Centro, de Fuencarral–El Pardo y Carabanchel, como se puede ver en el gráfico inferior elaborado con los datos del Portal de Transparencia del Ayuntamiento. Sin embargo, a pesar de ser los tres mayores generadores de resto de Madrid, con casi un 22% del total (171.194 millones de toneladas), ni en noviembre ni en diciembre se instalaron contenedores de orgánica, tal y como muestra la segunda visualización.
La suma de los millones de toneladas totales de resto generadas en Puente de Vallecas le sitúa en cuarta posición con respecto a los demás distritos (primer gráfico). A pesar de no estar entre las tres primeras circunscripciones, aquí se implantaron cubos de orgánica, al igual que en las demás zonas que aparecen con tonalidades marrones durante los meses de noviembre y diciembre de 2018 (segunda imagen).
Los 11 lugares representados en segunda visualización reúnen 481 cubos de los 512 totales que hay instalados, 184 están en La Latina y 98 en Hortaleza, según datos del Portal de Transparencia del Ayuntamiento. Cabe recordar que la fracción de orgánica proviene de la de resto y no se comenzaron a separar hasta noviembre de 2017. Aún así, en estos dos distritos que ocupan, respectivamente, el sexto y el décimo puesto en la clasificación de reciclaje de resto (primer gráfico), fue en donde se instalaron un mayor número de contenedores de orgánica. Siguiendo esta línea, en los distritos con menos cubos de tapa marrón se reciclaron más toneladas de orgánica que en los que hay más.
Aunque Villa de Vallecas, con cuatro contenedores, y Chamberí, con 14, son los dos lugares de Madrid con menos cubos de tapa marrón, fueron la primera y la cuarta circunscripción en donde se recogió un mayor número de residuos orgánicos desde enero hasta septiembre de 2018 (gráfico superior). Según los datos analizados en Madrilánea, entre ambos distritos sumaron 4.514 millones de toneladas de dicha fracción de basura, es decir, el 35% del total de orgánica reciclada en los 12 distritos (12.959 millones de toneladas) fue recogida en los dos lugares mencionados.
Comparando estas dos zonas de la capital, que son las que disponen de menos contenedores de orgánica, con respecto a las dos que tienen más, la cifra de toneladas obtenidas fueron inferiores. En La Latina hay 184 cubos de tapa marrón y en Hortaleza 98. Son los dos lugares de Madrid en los que hay más modelos instalados, sin embargo, se recogieron 1.368 millones de toneladas, casi un 11% de toda la orgánica de las circunscripciones (12.959 millones).
En 2018, Fuencarral–El Pardo se sumó a separar las fracciones de resto, como se puede observar en el tercer gráfico, pero también el distrito Centro, con cuatro cubos de tapa marrón, y Vicálvaro, con uno. Desde Transparencia no aportan datos sobre la cantidad de toneladas obtenidas en estos dos lugares, pero todo apunta a que el servicio será reforzado. Al igual que en Usera, que también dispone de un contenedor de orgánica. «En Usera está previsto que se implante la orgánica en 2019», dice Ramón Linaza Iglesias, consejero de Medioambiente del Ayuntamiento de Madrid.
Mientras tanto, Bruselas mira a España, también hacia la capital: si para 2020 se quiere cumplir con la hoja de ruta europea, debe reciclarse y reutilizarse el 50% de la orgánica generada. Pero, a falta de un año, esta fracción de residuo se mueve entre la desigualdad de contenedores de los 21 distritos de la ciudad, entre la posibilidad de que haya «pequeñas modificaciones» o «pequeños ajustes porque sean insuficientes o excesivos», en palabras del miembro del consejero de Medioambiente.
La distribución de los cubos de tapa marrón no se hizo en función de la densidad de población, tampoco teniendo en cuenta a los mayores generadores de residuos de resto, pero todavía hay tiempo. El distrito Centro, Fuencarral–El Pardo y Carabanchel serán, previsiblemente, los distritos en los que se recicló más basura en el contenedor naranja durante 2018, según los datos analizados del Portal de Transparencia del Ayuntamiento (gráfico cuarto). Para lograr el objetivo de 2020 cabe la posibilidad de que se refuerce el número de contenedores en la mayor circunscripción de Madrid, que aumenten los cubos en el distrito que recicla más resto y que se comiencen a implantar en el tercero de la visualización inferior.