Relatos periodísticos que ilustran los 20 años del Congreso de Periodismo Digital de Huesca
El origen del cambio tuvo lugar 30 años atrás, con la creación de la World Wide Web (WWW). Una década después, en la Huesca de 1999, un grupo de «entusiastas tecnológicos» se daban cita en la ciudad: «La idea de empezar a reunir a unos cuantos fue porque, en algunos casos, ellos mismos estaban instalando un módem para poder conectarse a Internet en las redacciones», recuerda Fernando García Mongay. Él fue uno de los fundadores del Congreso que nació «por casualidad y sin metas definidas»; en su memoria guarda el recuerdo de aquella primera vez junto a 160 periodistas. Pero los efectos de Internet sobre la profesión se han traducido en una escisión que Mongay también tiene presente.
«Yo fui casi miembro fundador, pero para mí se han desactualizado, por eso dejé de ir», comienza diciendo el periodista José Manuel Nieves, «se han quedado anclados hace diez años, se me hace ya un poco superfluo». Nieves estuvo ligado al Congreso de Periodismo Digital desde el año 2001 y, aunque no recuerda cuándo dejó de asistir, siempre formó parte de los más de 600 ponentes que han pasado por el municipio aragonés. Ahora, mientras lee el programa de aquella convención en la que participaba, su semblante es la viva imagen de la decepción: «No entiende por qué no hay nada sobre inteligencia artificial».
«No hay nada otra vez, ahora mismo el futuro se está dividiendo entre otros escenarios», defiende J.M. Nieves. «Hay que reivindicar la profesión y dejar que los avances tecnológicos nos sigan complementando, eso va a permitir hacer el tipo de periodismo que hay que hacer». Pero, para él, la recuperación de la profesión también pasa por las tres W que figuran en el buscador de la red informática mundial: «Google mató al periodismo. Lo que importa es el posicionamiento, el ansia desmedida por el click», lamenta, «afortunadamente parece que esto está cambiando y se está midiendo el tiempo de lectura y la originalidad. Hay que tener claro lo que es periodismo y lo que no», advierte.
Es por ello por lo que, a lo largo de estos 20 años, el Congreso de Huesca ha invitado a periodistas que realizan buenas prácticas profesionales ayudándose del entorno digital. Uno de ellos es Jesús Escudero, periodista de datos y transparencia de El Confidencial. El taller práctico que impartió durante la edición pasada, aportó un valor añadido a la convención: «Sirvió para que los asistentes pudieran conocer lo que es la Ley de Transparencia y despertar la curiosidad entre ellos para que, partir de esa intervención, pidiesen información», explica para Madrilánea.
El conocimiento y la experiencia de J. Escudero acerca de todo lo que rodea a las solicitudes de información pública le convirtieron en el guía de aquellos estudiantes y profesionales que llenaban la sala: «Hubo un turno de intervenciones bastante interesantes y se generó un debate, creo que es mucho más útil para cualquier periodista este tipo de talleres prácticos que no las ponencias teóricas sobre el futuro del periodismo», expresa. «Yo creo que son una apuesta que se debería potenciar».
Conflictos desde Oriente Medio en Twiter
Siguiendo el ejercicio de cálculo mental de Fernando García Mongay, uno de los fundadores del Congreso, han cubierto o participado en el encuentro «una media de 200 periodistas por año, más de 4.000 periodistas en total». Jesús Escudero fue uno de ellos, al igual que Mikel Ayestaran, freelance que informa de la actualidad de Oriente Medio sobre el terreno.
Recibió el Premio José Manuel Porquet en 2016 por «saber llevar los conflictos tanto a los 140 caracteres de un tuit como a un formato más cuidado o un vídeo», anunciaba hace tres años el jurado. «Este premio me abrió los ojos y me dijo que era el camino, me animó mucho a seguir invirtiendo tiempo a nivel profesional en redes y web», dice M. Ayestaran a este medio.
Para el guipuzcoano, las redes sociales son «un escaparate increíble, una fuente de información inagotable y una forma muy importante de hacer contactos» donde la credibilidad siempre está en juego: «Cuesta muchísimo ganarla y, sin embargo, puedes perderla muy rápido», expone. «Estamos en la época de la inmediatez pero la esencia sigue siendo que tu trabajo sea defendible, que tú puedas defender esos 140 caracteres igual que puedes defender un reportaje, con lo cual hay que tomárselo en serio».
El periodista freelance, afincado en Jerusalén desde 2015, reconoce desde allí que existe un problema. «Ahora mismo es que hay gente que se quiere limitar a esos caracteres para todo, necesita que les des explicaciones absolutas sobre temas muy complejos en un simple tuit», afirma, «ese es el problema». Dentro del entorno digital, la característica de la brevedad también es protagonista y no únicamente para la información, también para las herramientas: «Para la gente que hay detrás, Twitter es de viejos, es una cosa caduca, incluso Instagram se está quedando viejo», explica M. Ayestaran, «veremos lo que viene después y cómo van a evaluar los modelos de informarnos».
Recuerdos periodísticos y visión de futuro
Las redacciones son la cuna de muchos testigos del cambio que ha supuesto Internet para la profesión periodística. Años atrás ellos miraban al futuro y ahora son el presente. Carlos Manso, del área de economía de ABC, pertenece a la promoción 2008/2009 del Máster del periódico y sus ojos esconden las vivencias de aquel Congreso. Mientras cubrían las diferentes ponencias de la edición de 2009, descubrieron que en los encuentros de Periodismo Digital no funcionaba el wifi: «Tenías esta situación, puro surrealismo», dice divertido al recordarlo. «Durante todo el Congreso fue así, estabas en la sala de la ponencia pero, al salir, se iba la señal. Al final trabajamos fuera del recinto, en los alrededores, allí había red».
En su año viajaron con la futura reina de España en AVE y no se dieron cuenta hasta que llegaron al destino, pero los periodistas de esta promoción no son los únicos que recuerdan algo de esos días. Javier Villuendas, redactor de la sección de Cultura de ABC, no solo es capaz de hacer un recorrido por el anecdotario de su edición del Máster (2011/2012), también por el de muchas más. Una noche de fiesta en Huesca, y sus efectos posteriores, son protagonistas de gran parte de ellas: mucho sueño en el día de después, pérdidas de voz de ponentes y asistentes y el extravío de un ordenador, son algunas muestras de lo que lleva implícita la cobertura del encuentro de Periodismo Digital. Jaime G. Mora y Jorge Aguilar, periodistas que también estuvieron en la cita de Huesca en 2011 y 2017, respectivamente, ratifican el testimonio de su compañero J. Villuendas.
Pero hoy, «rotondas city», como así la bautizó Forges, ya está preparada para el Congreso. Será el segundo año marcado por la ausencia de Antonio Fraguas, y Fernando García Mongay no puede ocultar su nostalgia al hablar de él: «Se le va a echar mucho de menos, nos ponemos tristes», lamenta, «Antonio se contagió del espíritu del Congreso y nosotros nos contagiamos del espíritu de Forges».
A pesar de la falta de esta figura y aunque ha habido alguna escisión, como la de J.M. Nieves, los encuentros digitales siguen nutridos por periodistas y profesionales intentando descodificar el entorno para continuar con su labor de adaptación cada año. Son unos tiempos sobre los que el periodista Jesús Escudero no tiene ninguna duda: «La transparencia y el periodismo de datos, que van ligados, son el futuro».