Diego Rivera, mexicano universal, en España

Estaba por convertirse en muralista cuando Diego Rivera, a sus 21 años, llegó a España atraído por las obras de El Greco. Esa primera conexión del joven pintor mexicano de entonces, hace más de un siglo, ha sido uno de los principales motivos por los que la Casa de México en España abrió sus puertas para albergar la exposición Diego Rivera, artista universal.

Ubicada en la calle de Alberto Aguilera, la residencia cultural mexicana ofrece en esta exhibición un recorrido de la estadía Rivera como estudiante en España. De esta forma, la exposición muestra la intimidad del artista en su etapa de juventud y la manera en la que percibió y representó la realidad.

La exposición está integrada por 20 obras provenientes del Museo de Arte del Estado de Veracruz, en México, y corresponde a la etapa de Rivera como estudiante en la Academia de San Carlos hasta cuadros de caballete realizadas en 1948. Para Susana Pliego, directora de Cultura de la Casa de México en España, «es un orgullo traer a uno de los mejores artistas mexicanos a Madrid».

Además de su labor como activista y su vida junto con la pintora Frida Kahlo, Diego Rivera es reconocido por incorporar en su obra tanto la tradición del arte occidental como lo prehispánico relacionado a la historia y la cultura de México. Asimismo, su compromiso político y social y su propia biografía, marcada por sus estancias en España.

«Siempre buscamos traer artistas con un vínculo con España. Como Diego Rivera estuvo viviendo aquí varios años y además estudió a los grandes maestros que tuvieron una gran influencia en su quehacer artístico; conoció a María Blanchard, el profesor Eduardo Chicharro y a Joaquín Sorolla. En su estadía en España adopta el cubismo de Pablo Picasso y Juan Gris», explica Pliego.

Durante 1907 y 1909, Rivera estudia las obras maestras del Museo del Prado, sintiéndose especialmente atraído por las pinturas negras de Francisco de Goya, así como por El Greco, Diego Velázquez, Pieter Brueghel, Lucas Cranach y El Bosco. «Ir a ver el Greco al museo del Prado fue un evento que destacó su presencia en España», considera Pliego.

El artista conocido por sus obras en caballete representó a mujeres relevantes en su vida: el retrato de su madre que realizó cuando aún era estudiante en la Academia de San Carlos, el retrato de estilo simbolista de Angelina Beloff, quien fuera su primera esposa y madre de su primer hijo, así como el retrato de tintes expresionistas de Lupe Marín, segunda esposa y madre de sus dos hijas.

«La obra la mujer con girasoles (Desnudo con Girasoles, 1946) que es cuando ya encuentra su propia voz al regresar México y encuentra en el arte popular y en el arte prehispánico estas culturas autóctonas y exóticas alejadas de la modernidad que le dan vida a su arte, al muralismo mexicano y a la identidad nacional», explica la Directora.

Estas obras sobresalen en la exposición, así como un vídeo que facilitó el nieto de Rivera, Diego López, fotografías, una línea del tiempo y una representación didáctica en tamaño real del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1592), paisaje onírico en el que Rivera plasmó eventos y personajes que consideró importantes y utilizó la Alameda de México como escenario.

Después de su estancia europea a su regreso a México en 1921, Rivera concretó el muralismo mexicano, primera vanguardia americana que a día de hoy es parte de la identidad mexicana. En ellos plasmó tanto temas sociales como históricos y combinó con maestría el dibujo, la perspectiva y el color, obteniendo efectos colosales que unen impacto el color y belleza de la cultura mexicana.

La Casa de México en España y el Fomento Cultural Banamex han hecho posible que la exposición llegara  Madrid para que el público pueda disfrutar las pinturas del artista mexicano hasta el 16 de febrero de 2020. Las obras, además de tener carácter histórico, muestran los inicios de un artista que también se formó de este lado del mundo.