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Entrenador de fútbol… ¿y qué más?

Conocemos el día a día de un entrenador de fútbol base de un equipo de División de Honor

David Ladrón de Guevara realiza indicaciones a sus jugadores | Ander Espinosa

Madrilánea ha querido acercar la realidad de un entrenador de fútbol base en la actualidad. Hablamos con David Ladrón de Guevara San Cristóbal, conocido en el argot futbolero como Guevara o en círculos más íntimos como Tito Guevara. David es madrileño del barrio de Vallecas, tiene 24 años y formación en TAFAD, además de ser Nivel 1 de Entrenador Nacional. Actualmente es el primer entrenador del Infantil A de la Escuela Deportiva Municipal San Blas en la categoría de División de Honor.

Quedamos con Guevara en el Municipal de San Blas un lunes por la tarde antes del comienzo de su entrenamiento. Antes de nuestra llegada ya le vemos organizando la sesión en su cuaderno, a la vez que va cogiendo el material necesario para ello. También conversa con otros compañeros sobre el último partido de su equipo, lamentando el resultado (derrota por la mínima ante la E.F.M.O. Boadilla). Habla con el compañero del Infantil B: «Qué pena…teníamos el partido ganado…la expulsión en el 45 cambió el partido…«.

Guevara nos cuenta cómo empezó en este mundillo de ser entrenador. Sus inicios fueron en la EDM San Blas, donde continúa: «Un buen amigo me llamó para ayudarle con un Alevín F. En ese momento estaba con TAFAD y la idea me pareció genial, acepté enseguida». Explica que fue una temporada donde solamente ganaron un partido, pero aún así aprendió mucho y empezó su interés por este mundo: «Veía entrenamientos de compañeros míos y la verdad que poco a poco vas descubriendo cosas nuevas». David recuerda con cariño esa etapa inicial donde los resultados no fueron los mejores, pero fue la primera piedra de toque en este corto pero intenso camino en su carrera como técnico.

Guevara en sus inicios como técnico | Leo del Val

Este año Guevara dirige al equipo en División de Honor Infantil, la segunda máxima competición en la Federación de Fútbol de Madrid en la categoría de niños nacidos entre 2008 y 2009.  Se divide en dos grupos de 16 equipos. La EDM San Blas se enfrenta a equipos punteros como Getafe CF, Atlético de Madrid, CD Leganés o Rayo Vallecano. «La categoría es dura, tienes que estar preparado mentalmente. Además la competición es muy larga, son 30 partidos donde tendremos rachas positivas y peores y tenemos que saber gestionar todo lo que nos venga», explica David.

Guevara y su grupo de jugadores en un descanso del partido | D.V.L.

Nos sigue contando que, para él, es un orgullo representar a este pequeño club de barrio en esta gran categoría y supone un gran reto deportivo para todo su cuerpo técnico. «Es un equipo prácticamente nuevo, vienen chicos de otros clubes y se tienen que ir adaptando a nuestra mecánica global, eso supone un hándicap, pero estamos trabajando diariamente en ello», matiza. Una de las premisas del técnico es ser consciente del dónde viene cada uno y valorar esta oportunidad deportiva única para todos: «Sólo así podemos llegar a competir y lograr nuestros objetivos».

La labor del entrenador

A la pregunta de si merece la pena ser entrenador de fútbol, Guevara tiene muy clara la respuesta: «A los entrenadores nos apasiona esto, queremos ser transmisores de valores a los chicos, además de hacerles mejorar en nivel técnico-táctico, ayudarles a que ellos entiendan el juego y por supuesto que se diviertan y disfruten». Admite que realizan muchas funciones: desde preparador físico, hasta médico asistente pasando por psicólogos, taxistas o labores de ‘scouting’. Pero, como explica, «esto es un ‘hobbie, no está pagado, gastamos e invertimos más de lo que recibimos, somos jóvenes y nos quitamos tiempo libre de estar con amigos o incluso tenemos que compaginar trabajo y estudios, pero estamos porque nos apasiona y disfrutamos cada minuto de un entrenamiento o de un partido«.

Para David el entrenador tiene que ser el mayor líder del equipo y un espejo donde los jugadores tienen que mirarse, para ello es importante que llegue al jugador y que ellos crean en su idea y continúen con ella hasta el final de temporada. «Nos equivocamos a veces, no leemos del todo los partidos o somos injustos con algunas decisiones, pero creo que esto forma parte del aprendizaje futbolístico, en el fútbol hay que educar en el fallo porque sucede más veces que el éxito», puntualiza.

Entre otras de las reflexiones que Guevara realiza con nosotros es en cómo se percibe que un entrenador es bueno por parte de los demás: «Muchas veces se le da mucha importancia al entrenador en las victorias o derrotas, pero hay partidos muy bien planteados que pierdes y otros en los que se gana casi sin querer. El tener jugadores de nivel ayuda mucho para estas categorías de fútbol base y a veces eso no significa que se esté haciendo un gran trabajo por parte del entrenador. En resumen, para mí es un error decir que un entrenador de fútbol base es bueno porque ha ganado cinco ligas y un entrenador es malo porque ha descendido o ha quedado abajo en la tabla». Otro de los debates que se plantea la sociedad es sobre si es necesario que exista la competitividad en edades tan tempranas, David se muestra claro en su pensamiento:

Guevara considera que cada año supone una nueva aventura y mucho aprendizaje. Ha tenido muchas experiencias positivas y negativas, pero al final se queda con la gente que conoces, los chavales, los familiares, los entrenadores compañeros, directivos o incluso rivales que habéis coincidido anteriormente. «Para mí lo que más me llena es que de verdad hayan valorado tu trabajo y el tiempo dedicado en ello», apunta. David explica que los principales problemas siempre vienen dados porque algunos jugadores están descontentos con los minutos que juegan y es bastante difícil contentar a todos: «El día que uno juegue más significa que otro juega menos, al final solo pueden jugar 11 titulares y el resto de suplentes no están conformes, pero esto es el día a día del entrenador y hay que saber tener un equilibrio e intentar dar oportunidades a todos para mantener viva la competitividad del grupo». Nos confiesa que la relación con los padres es siempre complicada porque todos creen que su hijo es el mejor, pero la gran mayoría de los familiares apoyan al entrenador y entienden que es una tarea muy complicada de realizar.

Trabajo constante

David explica detalladamente cómo se comunica con su plantilla semanalmente. Entrenan 3 días a la semana (lunes, miércoles y viernes) y para él es muy importante la comunicación con los chicos. Los lunes antes de la hora del entrenamiento suele tener una charla con ellos de cómo les ha ido el último partido y ver en qué pueden mejorar y reforzar lo bien hecho.  «Me gusta conocer el punto de vista del jugador para compartir sensaciones, porque ellos están dentro del terreno de juego y ven cosas que nosotros desde fuera no percibimos», puntualiza. Los miércoles realizan un repaso sobre el rival del fin de semana y enlazan con los ejercicios para trabajar en base a cómo se quiere jugar. Antes de los partidos se da una charla breve en la que se comentan los aspectos claves del juego.

Durante los entrenamientos trabaja en base a lo que tienen que mejorar. Los lunes se diseñan tareas en espacios reducidos con rondos, mantenimientos con objetivos, dobles áreas y aspectos técnicos. Los miércoles son ejercicios más tácticos, con espacios más amplios, defensa vs ataque y partidos condicionados. Por último los viernes realizan ruedas de pase con fin técnico-táctico, finalizaciones y un par de acciones a balón parado.

Guevara tampoco se olvida de su cuerpo técnico que desde hace un par de años le ayudan a preparar todo lo relacionado con la gestión del equipo, Santi Dueñas y Miguel Ángel Pérez. El primero se encarga sobre todo a la preparación de los porteros de la plantilla (Arandojo y Barroso) y el segundo aporta su experiencia en el fútbol a través de sus testimonios y consejos a los jugadores.

Nos hubiera gustado seguir conversando con Tito Guevara, pero su tiempo libre no es muy extenso, sus chicos empiezan a llegar al entrenamiento y David empieza a recibirlos: «¿Qué tal Robert, todo bien?«, le pregunta a unos de los capitanes del equipo. Sin embargo, nosotros continuamos observando desde la lejanía el trabajo del míster y estamos pendientes de cómo explica las tareas ante estos chicos de 14 años, donde algunos hacen más caso que otros hasta que el míster «los pone firmes» y continúan escuchando.

Este próximo domingo juegan a las 12.30. Lo hacen en casa, cerca de su afición. Será una nueva oportunidad de aplicar todo lo aprendido durante la semana, y desde aquí confiamos y le mandamos todas las suertes del mundo en conseguir los 3 puntos ante el Atlético de Pinto. Seguro que Tito Guevara y los suyos lo intentarán, pero lo bonito de este deporte es que cualquier cosa puede pasar hasta que el árbitro pite el final del partido.

2 comentarios en «Entrenador de fútbol… ¿y qué más?»

  • Muchas gracias amigos! Un placer participar en este reportaje sobre el Fútbol Base.

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  • Grande David seguiremos avanzando cada día es un día más de aprendizaje

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