Revuelo por las obras de la estación de Pozuelo
Vecinos, comerciantes y varios grupos políticos se muestran molestos con la primera fase del proyecto de pavimentación y remodelación de su barrio
El pasado 24 de febrero fueron llevados al pleno de Pozuelo de Alarcón los ruegos y quejas de muchos de los comerciantes de las calles San Antonio, Angel Barajas, Ntra. Sra. Del Carmen, Benigno Granizo y Juan Pablo II, que albergan la histórica iglesia de Ntra. Señora del Carmen y las galerías tradicionales del mismo nombre.
Los grupos Vox, PSOE y Somos Pozuelo trasladaron, en su turno de preguntas, las reclamaciones de las tiendas del barrio y pusieron de manifiesto las dificultades por las que están pasando los locales más humildes de la zona de la estación. Algunos como los que forman parte del mercado registran pérdidas de hasta el 80% en sus ingresos y según estos grupos políticos, corren un gran riesgo de cerrar. Para el ayuntamiento es una buena inversión de parte de los fondos en valor de 4 millones de euros que el municipio ha recibido por del ministerio de Transición Ecológica, pertenecientes a un PERTE (Fondos de planes de transformación y resiliencia de la Unión Europea). Para el ayuntamiento y la concejalía de obras, estas intervenciones “servirán para rehabilitar y mejorar los espacios públicos, promover la movilidad sostenible, mejorar las redes de servicios y la seguridad vial”.
En la calle, las opiniones están encontradas. La mayoría de vecinos se muestran molestos por el polvo, el ruido y las incomodidades típicas de cualquier obra, pero coinciden en la necesidad de modernizar un barrio claramente deteriorado por el paso del tiempo. Sin embargo, entre los comercios existe un sentimiento de hartazgo.
María Luisa, que regenta la librería ‘Alejandría’, calcula unas pérdidas de un 30% en su negocio. “En Pozuelo la gente se mueve en coche, es un municipio muy extenso y si los clientes no pueden aparcar cerca, dejan de venir”, afirma. Para Miguel Vázquez, dueño de la cercana óptica ‘Lumen’, la problemática es similar. “Aparte de los clientes que no pueden aparcar, a mi local viene mucha gente mayor, en silla de ruedas o con movilidad reducida que les es imposible acceder al establecimiento”, comenta. Prevé pérdidas de alrededor del 35% o 40% en sus ingresos mensuales. “Los hábitos de compra cambian porque la gente busca comodidad, y si van a otro sitio donde encuentran amabilidad y buen trato, ya son clientes que pierdes para siempre y que no vuelven nunca”, añade el autónomo. que lleva casi 40 años instalado en el barrio de la estación.
El dueño de un herbolario se muestra resignado: “Esperemos que sea breve y que sea para bien. Evidentemente si llegas a un sitio y no puedes acceder, te vas a otro”. Este comerciante también calcula grandes pérdidas. Existen quejas sobre la poca anticipación con la que se les ha prevenido: “Vecinos y comerciantes no saben cómo será el resultado de la obra y si les va a proporcionar una mejora de la calidad de vida en el barrio”, explica Patricia Cabal, concejal de Somos Pozuelo. Esta versión la refuerza el dueño de la óptica ya mencionada: “Echo de menos que no se presentara ningún plano ni ninguna maqueta de cómo va a quedar”.
Heliodoro Cobaleda, concejal del PSOE, afirma que las obras son necesarias y que aportarán al barrio calzadas de coexistencia,(donde la vía y las aceras están a la misma altura). “Permitirán más la accesibilidad al pozuelo antiguo, donde las aceras son estrechas y no están pensadas para el peatón. Además habrá alguna zona arbolada”, declara. Por otro lado, al igual que el resto de grupos, denuncia haber pedido “que se abriese el parking de la renfe, que casi siempre está vacío y es cercano. También que se aplazara la obra al periodo estival para que fuese menos lesiva con los comercios, y que hubiese más dialogo entre estos últimos y el consistorio”.
Tras las peticiones de los partidos y los vecinos, el ayuntamiento no cedió el parking de la RENFE, pero sí aprobó recientemente el uso de un espacio cercano, el de un solar ubicado entre las calles de Nuestra Señora del Carmen y Benigno Granizo.
La sesión plenaria del pasado jueves 24 de febrero fue muy tosca, “Presentamos una moción y un ruego al pleno municipal”, comenta Cabal. Entre los concejales consultados existe malestar por un episodio del pleno, en el que la concejal de obras, Almudena Ruiz Escudero pareció frivolizar con la situación de los comerciantes, después de que el representante de Vox, Alberto de Miguel Terraillón, le expusiese en su turno de preguntas las complicaciones que la obra está teniendo para quienes en la zona tienen un local comercial. En referencia a la afirmación del concejal sobre que algunos locales pueden cerrar por los efectos de la obra ”Si esos negocios han superado una pandemia, entiendo que cuatro meses debe de ser muy complicado también”, comentó irónicamente la edil popular.
Mientras, los comerciantes no esperan recibir ningún tipo de compensación económica para reparar las pérdidas producidas por la obra. “Esperamos que los gobernantes favorezcan el comercio de proximidad, que últimamente cae en picado”, afirma la dueña de la librería ‘Alejandría’.
Para quienes las impulsan, las obras en la estación tienen como fin revitalizar, estimular y modernizar este antiguo barrio. Aún quedan cuatro meses para su finalización y el tiempo será el que dictamine su pertinencia o no.