Luis Aragonés: el goleador que apuntó al corazón de Hortaleza
El ídolo del futbol español nació y se crio en un modesto barrio del que hizo bandera durante toda su vida. Juntos crecieron y sus nombres quedaron indisolublemente unidos. El recuerdo de ‘El sabio de Hortaleza’ sigue aún vivo en cada rincón de sus calles
Luis Aragonés o el futbolista que «puso a Hortaleza en el mapa de Madrid», nació en 1938 en el actual distrito de Hortaleza, que por aquel entonces aún era un pueblo pequeño a las afueras de Madrid. Era hijo de dos personajes muy queridos en Hortaleza, Hipólito y Generosa, y se crio allí junto a sus nueve hermanos.
Haciendo honores al nombre de la matriarca, la familia es conocida en el barrio por su generosidad. Condición relatada por su propia hija, María José Aragonés, quien cuenta que en tiempos de guerra su padre traía alimentos en un camión con los que su madre cocinaba pan para que los vecinos del municipio no pasasen hambre. Por ello, años después decidieron nombrar una calle en honor a Hipólito. Desgraciadamente, el padre de Aragonés muere joven y él y sus hermanos tienen que trabajar para ayudar económicamente a su familia. Como cuenta Florencio Élite, amigo de Luis, él «siempre fue una persona muy adelantada para su edad» y se dedicaba desde los quince años a llevar el camión.
«A Aragonés no le gustaba el fútbol»
En su adolescencia, Luis Aragonés empieza a jugar al fútbol en el Pinar de Hortaleza como defensa central. Pese a ello, según Florencio Élite, a él no le gustaba demasiado el fútbol, «madrugaba entre semana y luego los fines de semana le costaba trabajo despertarse, le tenían que ir a buscar para levantarle de la cama y llevarle a jugar». Estuvo en el equipo de su barrio tres años hasta que le ficharon. «Vinieron ojeadores del Madrid, le ficharon para categorías inferiores y le cedieron al Getafe», comenta Florencio.
A pesar de su posterior triunfo en el mundo futbolístico, Aragonés siguió siendo fiel a su barrio y, de hecho, hasta que se casó, siguió viviendo en Hortaleza con su madre y sus hermanas. Así lo cuenta Élite: «Sí, él venía bastante, sobre todo cuando estaba entrenando en Madrid. Cuando estaba fuera de la provincia le costaba más desplazarse y venía menos, claro», asegura.
La vinculación con su barrio también permaneció después de casarse y tener hijos. Como afirma su hija, a pesar de vivir en Alcobendas, la familia visitaba Hortaleza todos los fines de semana. Él iba a ver regularmente a sus amigos y a su familia, que aún vivían allí: «nosotros no hemos residido nunca en Hortaleza, pero hemos hecho muchísima vida allí, es como nuestra segunda casa», enfatiza la hija de Aragonés. El aprecio que tenía Aragonés por su lugar de nacimiento era recíproco. Según dicen Élite y María José, el sentimiento de los vecinos del antiguo pueblo de Hortaleza, ahora convertido en barrio, es de «admiración» y «orgullo».
Cuando se les pregunta qué impacto positivo ha tenido Luis Aragonés en el distrito, ambos entrevistados responden convencidos: a pesar de no haber colaborado directamente de forma económica, él fue quien puso a Hortaleza en el ‘mapa’ de Madrid e incluso de España. Esto fue también gracias al apodo ‘El sabio de Hortaleza’. Además, su hija resalta que este impacto positivo también fue del pueblo hacia él. Comenta que «cuando tú eres niño te influye mucho dónde vives» . Además, argumenta que «la forma de vivir de los pueblos es muy fraternal» y afirma que eso tuvo mucho peso en la forma de ser de su padre y le ayudó a llegar a donde llegó.
Honra al seleccionador tras su muerte
Tras su muerte en 2014, el Ayuntamiento de Madrid decidió honorarle con la instalación de un monolito en forma de balón de fútbol en frente de su casa natal. Nueve años más tarde, la concejalía del distrito ha aprobado por unanimidad la instalación de una nueva escultura en la plaza de Chabuca Granda, debido a la controversia causada por el monolito. Había sido criticado por los vecinos y calificado como «indigno» por el concejal de Ciudadanos. Este nuevo busto se encontrará también a pocos metros de su antigua casa, aunque por petición de la familia de Aragonés no se retirará el anterior, según ha publicado el medio Hortaleza Periódico Vecinal. María José explica el porqué: «el monolito fue una alegría muy grande para nosotros, es un recuerdo muy bonito porque además está cerca de la casa en la que él nació. Estamos muy agradecidos a Hortaleza y es una distinción que para nosotros es especial», apostilla.
El máximo goleador del Atlético de Madrid y seleccionador nacional, que nos trajo la Copa de Europa a casa en 2008, supo muy bien llegar al corazón de atléticos, pero sobre todo a quienes le conocieron en primera persona. Prueba de ello es el monolito puesto en su honor, que pronto será reemplazado por un busto en su memoria, consagrándose así como un personaje ilustre de su tierra.
