‘Espías en la niebla’: La historia oculta al servicio de la literatura
Escritores y periodistas hablan sobre los claroscuros de la figura de los agentes encubiertos en la V edición del ciclo Hotel Florida
Un espía nunca revela sus secretos: la mayoría de ellos vivirá una vida anodina ante sus familiares y amigos, quienes nunca llegarán a conocer realmente a qué se dedican. «La profesión más antigua del mundo», según Carmen Posadas, es el tema central de las jornadas de debate de la V edición que han tenido lugar en el Hotel Florida, «un nido de espías» en palabras de Sasi Alami, la moderadora del coloquio de este miércoles en el que los ponentes Carmen Posadas, Premio Planeta 1998; Ignacio Cembrero, periodista de investigación; Pilar Cernuda, cronista parlamentaria; y Eduardo Martín de Pozuelo, periodista fundador del equipo de investigación del diario La Vanguardia, hablaron sobre contrainteligencia en el mundo de la ficción y en la vida real.
Llegar a ser espía no es tarea fácil, los aspirantes deben ser capaces de pasar las llamadas «pruebas malditas» y comprometer su vida personal e integridad tanto física como psicológica. «Tienes que ser capaz de demostrar que puedes resolver situaciones imposibles», expone Pilar Cernuda al hilo de su libro ‘No sabes nada de mí’. También cuenta que durante la primera fase de dichas pruebas, ni siquiera se es consciente de estar haciéndolas para acceder al CNI (Centro Nacional de Inteligencia), conformado actualmente en un 50% por mujeres. «La primera promoción femenina de espías en España demostró tener más capacidad de adaptación que los hombres», asegura Cernuda. Para este libro, la autora afirma que tardó más en conseguir la información necesaria para su investigación que en escribir la propia obra.
«El espionaje es la profesión más antigua del mundo. Incluso más que aquella en la que todos pensamos. Porque saber es poder, y el humano siempre ha necesitado saber qué hacen sus enemigos y amigos», dice Carmen Posadas, autora de ‘Licencia para espiar’. pic.twitter.com/auDFIagQ5w
— Madrilánea (@madrilanea_abc) January 25, 2023
La propia Mata Hari palidece ante la efectividad de las famosas ‘gorriones rojos’ del KGB, espías que se valían de sus encantos femeninos para conseguir la información que les era encomendada. A pesar del éxito de sus misiones, que incluso provocaban divorcios entre los diplomáticos enviados a Rusia, «el KGB insiste en que nunca hubo mujeres entre sus filas», asevera Carmen Posadas, quien además asegura haberlos visto en acción.
Hay una parte de la historia que se ha mantenido oculta debido a la idiosincrasia de la propia profesión del espía. En el libro de Posadas, ‘Licencia para espiar’, hay referentes olvidadas como Margarita Ruiz de Lihory, de quien se sabe que salvó la vida a Franco en dos ocasiones. Su cercanía con el entonces presidente de la República del Rif, Abd el-Krim, permitió avisar al joven militar de una emboscada del ejército marroquí. En otra ocasión, el futuro dictador sufrió un ataque y ella, «gracias a sus conocimientos en medicina, pudo ser capaz de socorrerle en el acto», asegura la escritora. África de las Heras es otra de las grandes referentes olvidadas de la historia, de ella se conoce que avisó del asesinato de Trotski.
Aunque las llamadas «armas de mujer» siempre han jugado un papel importante, las espías actualmente reconocen que no les gusta que exista una diferenciación entre ellas y sus compañeros.
La documentación secreta española
Martín de Pozuelo, periodista especializado en yihadismo y espionaje, ha escrito sobre asuntos de los años 40 en España, documentándose con archivos desclasificados, y eso ha permitido que algunas familias se enteren de que sus parientes eran espías. Por su parte, Ignacio Cembrero resalta que el Gobierno español no ha tenido interés en llegar a fondo del tema. Además, ambos ponentes resaltaron que siempre existió ‘sobre la mesa’ el tema del espionaje y a partir del escándalo que representó el virus espía Pegasus, utilizado por el servicio marroquí, se puso en el foco que se llevan décadas robando información a periodistas, funcionarios, y políticos. Cembrero también destaca que el Estado español, a diferencia de otros países afectados, no ha querido denunciar a la empresa israelí que comercializa el programa.
Por otro lado, el periodista resalta que España tampoco ha querido poner en marcha ningún mecanismo de sanción contra espías externos en el caso Pegasus. El periodista menciona la falta de mecanismos de transparencia que tiene el país, y destaca que algunos servicios secretos extranjeros tienen mayor acceso a la información: «Que tengamos que recurrir a documentos extranjeros para reconstruir nuestra historia es una aberración. Ya es hora de que se cambie la Ley de secretos oficiales», afirma.
La jornada a cargo de Ámbito Cultural se realiza en el marco del homenaje al escritor Javier Marías por sus novelas Berta Isla (2017) y Tomás Nevison (2021) en las que se desarrolla a fondo el mundo de los espías que tanto inspiraron al reconocido novelista español. Alfonso Armada, director de la revista digital Frontera D, se encontraba entre el público y aprovechó la oportunidad para contar una curiosa anécdota sobre Marías: «Hace años lo entrevisté y le pregunté si alguna vez le habían propuesto ser espía. Se rió y no contestó nada. Lo dejamos así».